El pasado 27 de enero, mientras la corresponsalía en La Habana de Resumen Latinoamericano-Cuba realizaba su labor cotidiana para la web: htpps://cubaenresumen.org, la página quedó silenciada.
A los pocos minutos, en la redacción comenzaron a recibir mensajes por WhatsApp de amigos y lectores que no podían acceder al sitio.
«De inmediato nos comunicamos con el servidor que se hospeda en Canadá, preguntando lo que ocurría, ya que tampoco teníamos acceso a los datos», informó en un comunicado Cuba en Resumen.
La respuesta dada por los censores fue la siguiente:
«Hola: Nos hemos percatado de que esta cuenta puede estar siendo utilizada en conexión con un país que está sujeto a las leyes de embargo de EE. UU. Esto es una violación de los Términos de servicio de Linode y, como tal, debemos pedirle que deje de hospedar con nosotros».
Y agregaron: «Gracias por su comprensión. Tendrá 48 horas a partir de este aviso para hacer una copia de seguridad de sus datos y/o migrar a otro proveedor de servicios antes que su cuenta esté cancelada».
La corresponsalía en Cuba del medio argentino no había incurrido en ninguna falta, no violó ninguno de los acuerdos del contrato establecido con Linode, los pagos estaban al día. El gran pecado del medio de información, con una trayectoria de más de tres décadas, con corresponsalías en Brasil, Estados Unidos, Perú y Venezuela, fue defender a la Isla insumisa.
«Los que trabajamos en Cuba somos testigos de la crueldad de la guerra económica de Estados Unidos contra la Isla. Lo vivimos a diario en nuestra vida cotidiana, en nuestras casas y en el trabajo que desarrollamos», agregó Graciela Ramírez, jefa de la corresponsalía en La Habana.
No es la primera vez que intentan silenciar a Cuba en Resumen. En marzo de 2020, al comienzo de la pandemia, cuando daban cobertura al arribo del crucero inglés ms Braemar, que navegaba en aguas del Caribe sin poder atracar en ningún puerto por tener numerosos casos de la COVID-19, sufrieron una agresión similar.
La compañía que realizó la vil acción en aquella oportunidad fue SiteGround, que aún hoy no permite acceder a ninguno de los sitios web hospedados en ella desde Cuba.
Esta acción de censura es un ejemplo más de la extensión y profundidad del bloqueo económico, comercial, financiero e informativo que el Gobierno de EE. UU. ejerce contra la Mayor de las Antillas. Es una muestra del esfuerzo de los enemigos de la Revolución Cubana por dominar la información y ejercer una marcada influencia sobre lo que se lee, escucha y ve en y desde el archipiélago.
Las redes sociales Twitter, Instagram y Facebook proceden casi de oficio a invisibilizar publicaciones que muestran apoyo al pueblo cubano y su épica resistencia.
Las páginas oficiales y las cuentas de los medios de información de la Isla en las redes sociales han sido objeto de ciberataques con el fin de silenciarlas.
Desde que el expresidente Donald Trump derogó la llamada «directiva presidencial 20», un documento confidencial firmado por Obama, normativa que obligaba al Pentágono y a las agencias de inteligencia a obtener el visto bueno de otros departamentos del Gobierno antes de lanzar ataques cibernéticos, la puerta quedó abierta para hacer cualquier tropelía.
Entre los blancos preferidos está Cuba. Silenciar la voz de su pueblo y la de sus amigos, para poder difamar y mentir con impunidad sin contraofensiva, para construir una falsa realidad que la deje desarmada ante sus enemigos es el fin de estas acciones.
Todo aquel que se enfrenta a los ejércitos mediáticos del imperio recibe como «premio» a la insumisión, la censura y el silencio.















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Elizabeth dijo:
1
9 de febrero de 2022
02:24:45
Roberto serrano dijo:
2
9 de febrero de 2022
15:49:48
Rigo dijo:
3
9 de febrero de 2022
23:31:01
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