ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Invitado al Palacio de La Moneda, Gabriel Boric se detuvo ante el busto de Salvador Allende, y escribió luego en Twitter: «Sus sueños de un Chile mejor, son los que vamos a seguir construyendo junto a todos ustedes». Foto: Tomada del twitter de Gabriel Boric

La victoria del joven Gabriel Boric en Chile es un aliento, una esperanza para un pueblo quizá de los más afectados por la desigualdad en las casi cuatro últimas décadas de modelo neoliberal.

Se trata de un país que en 1973 sufrió un golpe militar contra el gobierno socialista de Salvador Allende, padeció la más bárbara de las dictaduras y fue donde campearon el crimen, los  secuestros, la desaparición de personas y la suspensión de todo tipo de libertades y derechos.

Y todo eso –incluyendo el golpe militar– fue realizado con el visto bueno y la complicidad de la CIA y del Gobierno de Estados Unidos.

Un general fascista no solo dirigió aquella torcida fuerza gubernamental, sino que, antes de abandonar el poder en 1990, dejó el legado de una Constitución hecha a la medida de sus desmanes, e instituciones armadas como los carabineros, encargados de reprimir al pueblo.

Tanto la Constitución de la era pinochetista como el aparato policial represor, todavía, 48 años después del golpe fascista, forman parte del escenario chileno actual. Un nuevo texto constitucional se redacta por una amplia comisión que lo someterá a referendo. 

En cuanto a los carabineros, hay que recordar sus más recientes acciones, como las de 2019, cuando arremetieron violentamente contra las grandes movilizaciones populares pacíficas que reclamaban cambios económicos  y sociales al gobierno del hoy mandatario Sebastián Piñera. Agredieron a más de 400 personas que perdieron uno o sus dos ojos por perdigones y balas lanzadas contra ellos por ese cuerpo uniformado.

A esta realidad se enfrentará desde ahora, y sobre todo desde que asuma el poder en el Palacio de La Moneda, Gabriel Boric, quien se propone representar al pueblo, después de alcanzar más del 55 % de los votos, liderando una composición política con sectores de centro y de izquierda.

La experiencia de más de 30 años de «gobiernos democráticos» que mucho prometieron y poco hicieron en el escenario chileno, debe ser el acicate para mover inclusivamente, tanto a sus seguidores como a otras formaciones políticas que hoy día son mayoritarias en el Parlamento, lugar donde el joven Presidente tendrá que lidiar para aprobar proyectos y leyes necesarias en el camino para construir un nuevo país.

Una gran oligarquía, como exponente del sistema que impera en Chile, animada durante los años de dictadura por los llamados «Chicago Boys» y su modelo económico depredador y excluyente, de seguro verá la llegada al poder de personas jóvenes y de izquierda como una amenaza real para sus intereses económicos y sus privilegios sociales.

La vitrina del neoliberalismo en que fue convertida Chile se estremece ahora cuando, a la vez, las capas humildes del campo y de la ciudad ven con esperanza la llegada de nuevas oportunidades jamás permitidas cuando la dictadura, ni durante los gobiernos neoliberales posteriores.

Pero Gabriel Boric tiene que transitar un camino empedrado en las actuales circunstancias chilenas, en las cuales gobernar será no solo un arte y un empeño, sino un compromiso de hacer el bien.

Recuerdo en este momento el traspaso del gobierno de la dictadura de Pinochet a la llamada «democracia», liderada entonces por el presidente Patricio Aylwin. Fue el 11 de marzo de 1990. Asistí como periodista a reportar ese cambio de gobierno. Allí oí discursos y promesas que nunca me parecieron alcanzables por quienes pretendían hacerlo desde posturas de una llamada «democracia» comprometida, no con el pueblo, sino con los grandes intereses económicos, y muy atada a lo que dijera Estados Unidos.

Varios han sido los gobiernos, pero tanto el programa económico y social neoliberal de la época de Pinochet como sus estructuras gubernamentales y militares se han mantenido inamovibles.

Romper esa inercia y hacerlo de manera inclusiva en un Chile que lo necesita, será el gran reto para el joven de 35 años Gabriel Boric, elegido por el pueblo como presidente de Chile.

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Jorgal dijo:

1

21 de diciembre de 2021

05:00:56


Elecciones libres también constituyen una via practicable para forjar una democracia y asegurar bienestar para la gran mayoría de la población.

Andres Respondió:


21 de diciembre de 2021

14:50:54

Muy de acuerdo con usted!!

Néstor j. Michell Bezama dijo:

2

21 de diciembre de 2021

13:15:36


Gracias al pueblo cubano, siempre han estado con Chile.

Ernesto dijo:

3

22 de diciembre de 2021

12:46:05


Pienso que tendran una ligera mejoria pero no tan buena. Este hombre es de derecha,de izquierda nada, de hecho esta llamando a nuestro pais ,Nicaragua y Venezuela como dictaduras. O en filosofia no atendi a clases o eso se llama derecha y no izquierda. Pobres chilenos, mas de lo mismo que Piñera y Bachelet

Jorge Respondió:


23 de diciembre de 2021

10:36:02

Esta difícil no confundirse con qué es izquierda y qué es derecha. Algunos tildan a Boric de derecha y otros piensan que el otro candidato que disputó la presidencia en Chile (Kast) era un izquierdista al fin de cuentas.

Rigo dijo:

4

26 de diciembre de 2021

09:46:24


Oi el discurso del nuevo Presidente de Chile cuando se dieron los resultados de su triunfo, ojalá logre todo lo que se propuso, pero no se asombre que entoces la prensa amarilla y sus enemigos lo tilden en las Llamadas Redes Sociales de Dictador. Es la norma todo gobierno que establezca políticas para beneficiar a los desposeídos de inmediato es catalogado de dictadura.