Venezuela frente a las urnas: elogio al ensayo y un No al insolente (+Video)

Caracas, Venezuela.–Elogios al saldo que dejó el ensayo preelectoral del domingo reciente, y rechazos a la eventual impostura de la Unión Europea (UE) ante los venideros comicios venezolanos, habitan el panorama noticioso de este país, al comenzar la semana.                    

«Sigue ganando la democracia y la paz», resaltó Nicolás Maduro, en alusión a la prueba dinámica realizada, como parte de los preparativos para las ya cercanas megaelecciones.

Pedro Calzadilla, presidente del CNE, dijo que las organizaciones con fines políticos movilizaron a sus equipos «en los 446 centros de votación y 1 386 mesas habilitadas en todo el país, testimonio de una democracia viva y profunda; es otra buena noticia». Calzadilla demandó que la UE rectifique las palabras de Josep Borrell, su alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, y le exigió disculpas hacia el pueblo venezolano.

Borrell agredió la soberanía e independencia de la República, al declarar que asistirían al país para apoyar a una facción política, y que la legitimidad de los venideros comicios «depende del informe que ellos emitan; no podemos guardar silencio», recalcó Calzadilla.

«Insolente, asombroso, penoso», fueron adjetivos usados por la vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, al rechazar el pronunciamiento «lamentable», que «pretende sustituir la soberanía del pueblo venezolano por la opinión de unos extranjeros».

Como hizo notar la vicemandataria, «a pocos días de que la ue haya suscrito un memorándum con el Poder Electoral Venezolano, garantizando la imparcialidad de la misión de ese continente», lo dicho por Borrell en verdad asombra. 

Razones le asisten a Delcy para afirmar que, con sus palabras, el enviado de la ue hizo gala de su bicentenaria ignorancia, y que «él no tiene criterio de la realidad para saber que Venezuela conquistó su independencia, soberanía y libertad hace 200 años».

Tal vez pronto sepamos si la irritante insinuación de Borrell es hija de un desconocimiento real o fingido, preludio acaso de una eventual e incongruente postura de su representado. No sería la primera vez que ese bloque suplanta la objetividad por la conveniencia, en interés propio, o para satisfacer gustos u órdenes de algún grandulón de la política planetaria. El tiempo actuará como juez. Ya veremos.