La aspiración de vivir en un mundo de paz es, por mucho, un objetivo por el que lucha la humanidad, aunque no siempre instituciones que premian ese sueño lo hagan sin manipulación y alejada de intereses políticos y factores subjetivos, en muchos casos, muy contrarios a la verdadera paz.
Constituyen los premios otorgados este año 2021, por el Comité Nobel, lo que pudiera considerarse un mal ejemplo en la credibilidad de la institución noruega; y no es la primera vez que sucede, lamentablemente.
Muy diferente a las decisiones manipuladas que lastiman el concepto de paz ha sido el aval mundial para que tal estímulo recayera en el Contingente de médicos y enfermeros cubanos que lleva el nombre de Henry Reeve.
Ellos han brindado su misión solidaria en más de cien países y forman parte de los 50 destacamentos médicos que durante la pandemia de la COVID-19 han colaborado en unos 40 países.
Han sido acreedores del gran honor de que se les haya conferido el Premio a la Paz de los Pueblos (People´s Peace Awards), refrendado por la firma de más de cien organizaciones y 40 000 personas en Estados Unidos.
No tan mediático ni con tantos recursos monetarios como los del Nobel de la Paz, este premio ha nacido del agradecimiento de la comunidad internacional por su aporte a la vida, a la salud y a la solidaridad humana por parte de los galenos cubanos.
Reconocen «su invaluable labor y dedicación salvando vidas y difundiendo el internacionalismo y la solidaridad en todo el mundo».
No cabría nunca, a la hora de reconocer a los médicos cubanos, el argumento bajo el cual fueron premiados con el Nobel de la Paz 2021, los periodistas Dmitry Muratov y María Ressa, el primero de nacionalidad rusa y la otra filipina.
Según el comunicado, «ganaron por sus esfuerzos para salvaguardar la libertad de expresión». Y no faltó la conclusión injerencista y falta de veracidad: «por su trabajo por la libertad de prensa y para denunciar los abusos de poder en Filipinas y Rusia, respectivamente».
El jurado ha reconocido su «lucha valiente» para «defender los derechos humanos y la libertad de expresión» en sus países, según expresó la presidenta del Comité, Berit Reiss-Andersen.
Dmitry Muratov es cofundador del diario independiente ruso Novaja Gazeta, y María Ressa fue jefa de CNN en dos capitales del sudeste asiático (Manila y Yakarta), y su medio de prensa, Rappler, recibe dinero desde el exterior, principalmente de la organización estadounidense ned. En ambos casos, coincide la existencia de un oscuro financiamiento para sus propósitos por parte de la Usaid.
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Cuqui dijo:
1
12 de octubre de 2021
07:44:39
Nelson Guzman Baena dijo:
2
12 de octubre de 2021
08:31:09
Carlos Lazo dijo:
3
12 de octubre de 2021
09:15:08
Jorge Respondió:
12 de octubre de 2021
18:08:20
Maria dijo:
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12 de octubre de 2021
20:52:11
Maria dijo:
5
12 de octubre de 2021
20:57:39
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