El uso de la irradiación y la biotecnología han sido claves para la obtención de nuevas variedades de tomate y soja en Cuba como resultado de la implementación de un programa conjunto entre el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas de Cuba (INCA), la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
En su sitio web, la OIEA destacó el papel de las técnicas nucleares en esta producción, capaz de «hacer frente mejor a extremos en las condiciones de crecimiento impuestas por el cambio climático».
Refiere que el clima tropical experimenta un aumento de las temperaturas, cambios en los patrones de lluvia, periodos más prolongados de sequía y la intrusión de aguas saladas en las zonas costeras, que impactan negativamente en la agricultura y obligan a un mayor uso de fertilizantes y pesticidas químicos; razones por las cuales en el archipiélago se ensayan otras alternativas de cultivo.
En la web trascendió que, en mayo, se cosecharon con éxito las variedades mejoradas de tomate y soja Girón 50 y Cuvin 22, en un campo de prueba de investigación. Ahora, dijeron, se distribuirán a los agricultores, junto con las otras 21 versiones desarrolladas antes, en una amplia gama de cultivos como arroz, judías verdes y roselle, una especie de hibisco (flor renal, con efectos diuréticos y desinfectantes de las vías urinarias).
Este 2021 las nuevas variedades de tomate y soja obtuvieron una licencia nacional y fueron registradas en la base de datos mundial, administrada por el Centro Conjunto FAO / OIEA de Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura.















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ROGELIO AGUILAR OLIVA dijo:
1
28 de agosto de 2021
10:57:20
JB dijo:
2
28 de agosto de 2021
15:56:21
Humi dijo:
3
28 de agosto de 2021
16:07:45
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