CUARTEL DE LA MONTAÑA, Caracas, Venezuela.—Son 1200 metros sobre el nivel del mar. Pero en este sitio la altura parece de cielo. Sobre todo en momentos como el de ayer, cuando once de las más de 11 000 cubanas que cumplen misiones en la patria de Bolivar, llegaron aquí para recibir la distinción 23 de Agosto.
Se hablaba de la mujer, sus sueños, sus luchas; y también de quienes no pusieron límite al desvelo reivindicador de derechos a ellas negados durante siglos. Entonces el cronista perdió la cuenta de las veces que oyó decir: «Fidel, Chávez».
De ese afecto recíproco entre los dos comandantes habló el coronel Roberto Castro, guía jefe en el Cuartel de la Montaña.«!Qué identificación entre esos gigantes!», admiró el oficial. «A Fidel, Chávez lo vio como a un padre; a Chávez, Fidel le correspondió como a un hijo. No les fueron ajenos los derechos de la mujer, también en eso nos trazaron el sendero».
A ese mismo legado se refirió Julio César García Rodríguez, jefe de la Oficina de las Misiones Cubanas en Venezuela. Eso también lo aprendimos del Comandante en Jefe y del mejor amigo de Cuba, evocó Julio César; «donde la mujer falta no hay éxito en la tarea. Ustedes son esencia en cada victoria», dijo y reverenció el ejemplo de Vilma Espín.
Las cubanas condecoradas con la distinción 23 de Agosto, y decenas de compatriotas, depositaron flores en el sitio que guarda los restos de Hugo Chávez Fría. También presenciaron el cambio de la guardia de honor, y el cañonazo que cada tarde, a las 4 y 25, recuerda la hora del deceso del comandante eterno.
A las once cubanas condecoradas aquí, se une otras 14 que en diferentes estados de Venezuela, donde laboran, recibieron idéntico estímulo, el cual también le será entregado a Elena Frías de Chávez, madre de Hugo Rafael.
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