
El Consejo Permanente de la OEA, convocado por su secretario general Luis Almagro, a instancias de Estados Unidos, y auspiciado por Brasil, Ecuador, Chile, Costa Rica y Paraguay, aprobó este martes, en Washington, un proyecto de resolución injerencista contra el Gobierno y el pueblo de Nicaragua.
Fue otro convite para planear sanciones contra países soberanos de América Latina.
El único tema de la agenda fue el proceso electoral nicaragüense.
El objetivo, diseñado desde que el Gobierno sandinista convocó a elecciones presidenciales para el próximo 7 de noviembre, es cuestionar el modelo electoral de Managua, presionar para que se violen las normas e incentivar un proceso desestabilizador y un caos interno, donde las figuras de la oposición sean estimuladas a prácticas ilegales para que el gobierno tome acciones contra ellos y se monte el típico show mediático en defensa de supuestas «víctimas» de la represión sandinista.
No por casualidad, la Subsecretaria interina para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado estadounidense, Julie Chung, pidió a la OEA enviar una «señal clara» a Nicaragua, y calificó de «campaña de terror» la aplicación de la ley por el Gobierno de Managua.
Almagro, especialista en cumplir órdenes de sus amos, fue más allá e instó a los miembros de la desprestigiada organización a que suspendan la participación de ese país en este organismo tras la detención de varios opositores. En resumen, ha propuesto expulsar a Nicaragua de la OEA.
El gobierno ha declarado que no permitirá injerencia extranjera en sus asuntos internos y denuncia un ataque mediático de enormes dimensiones en su contra.
De igual forma, ha asegurado que no aceptará la intromisión de otros países en el proceso de investigación de un grupo de opositores detenidos. La mayoría de ellos están siendo investigados por «incitar a la injerencia extranjera en los asuntos internos» y «pedir intervenciones militares» contra el gobierno del presidente Daniel Ortega, entre otros delitos.
Recordemos solo dos hechos recientes: el golpe de Estado de 2019 en Bolivia contra el gobierno de Evo Morales, auspiciado por la OEA y Almagro, con guion del Departamento de Estado estadounidense. Y otro elemento que sintetiza qué es esa institución, lo constituye la presencia en el seno de la OEA de un fantoche enviado por Juan Guaidó, que dice representar a Venezuela. Parece que han olvidado que la nación bolivariana ya renunció a pertenecer a tan desprestigiada institución.
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Ortelio dijo:
1
18 de junio de 2021
15:11:58
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