«Una paz más activa que todas las guerras»; la frase está en mi carta de invitación al 31 Festival de Poesía de Medellín, Colombia. Uno de los más prestigiosos del mundo. Uno al que no pude ir hace más de 20 años, cuando no había pandemia y las fotos mostraban auditorios enormes fascinados por los poemas. Una edición que será virtual, como es correcto en estos tiempos.
¿Y ahora? ¿Dónde encuentro la poesía que no raje mi voz, si debo grabar esos textos para la desconocida audiencia de redes? ¿Qué poema que no parezca inútil les dirá a mis amigos latinoamericanos que me han escrito, y a los desconocidos: estoy con ustedes y duele?
¿Dónde encontraré la imagen que diga que la paz quedó en papeles, en sentencias de muertes, disparos por la espalda, brutalidad y represión extremas, incendios en las casas con personas adentro, agresión en los ojos, fusiles contra las ventanas, gases y balas, activistas sociales asesinados, violencia sexual?
Veo los videos horrorizada, y tengo que sentir vergüenza de una mujer nacida en Cuba, como yo, con piel al descubierto y rozagante afirmar sin sonrojo que había sido «brutalmente golpeada y agredida por la policía», en Cuba; y de los que ponen dibujos de: «cubano, levántate», que en verdad quiere decir: «cubano, entrégate, mira qué bonita democracia neoliberal y pluripartidista tenemos para ti...».
Para todo ello no tengo ese poema escrito. Ni el que reafirme que SÉ que esas imágenes de Colombia hoy, son las que están queriendo y promoviendo para Cuba mañana.
Aunque no exista el poema todavía, existimos nosotros para escribirlo. Para que sea la paz. Como dice un amigo: Hasta la poesía siempre, herman@s.















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karla dijo:
1
6 de mayo de 2021
07:25:09
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