ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Hispan TV

Tanto en el frente militar, a partir de Ucrania y la OTAN, como en el uso de instrumentos de desestabilización, hasta la preparación de golpes de Estado con el patronímico de revoluciones blandas, Occidente se aferra a calentar el clima respecto a Rusia, utilizando, además, a gobiernos afines a la política de quien dirige este plan: Estados Unidos.

Así transcurren los días en torno a una zona en la que puede desatarse un conflicto de impredecibles consecuencias para la región y el mundo.

Entre las últimas acciones estaba la de realizar un golpe de Estado contra el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, a quien pretendían asesinar junto a su esposa e hijos.

Pero, el Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB) y el Comité de Seguridad Estatal bielorruso (KGB) anunciaron, el 17 de abril, que lograron prevenir la acción y detener a sus organizadores directos. Los ciudadanos bielorrusos, Aleksander Feduta y Yuri Zenkovich, fueron detenidos en Moscú cuando proyectaban organizar un golpe de Estado que se llevaría a efecto el 9 de mayo, durante el Desfile por el Día de la Victoria contra el fascismo.

Si bien los planes de los golpistas fracasaron, está claro que EE. UU., y algunos países europeos cómplices, no dejarán de intentar derrocar a Lukashenko. Rusia, por su parte, no permitirá que lo ocurrido en Ucrania en 2014 se repita en el territorio de su aliado más importante, según el sitio digital Sputnik.

Relacionado con este hecho y con el deliberado propósito de «esconderlo» mediáticamente tras el fracaso del plan de magnicidio, el Gobierno de la República Checa, muy aliado de Estados Unidos, se «montó» en el carro antirruso y, bajo falsas acusaciones contra el personal diplomático de la embajada en Praga, expulsó a 18 funcionarios y sus familiares, medida a la que Rusia respondió con el envío de regreso a la República Checa de 20 de sus diplomáticos acreditados en Moscú.

La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, dijo ante la prensa que la expulsión de los diplomáticos rusos de Chequia estaba destinada a relegar a un segundo plano los informes en la prensa sobre el presunto golpe de Estado en Bielorrusia.

El portavoz del Gobierno de Moscú, Dmitri Peskov, precisó que estos planes son una señal de «un gran peligro» y confirmó que Vladímir Putin había discutido el tema de la amenaza que representaba el supuesto golpe de Estado con el presidente estadounidense Joe Biden.

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