Este miércoles 20 de enero, día de cambio de gobierno en Estados Unidos, Donald Trump emprenderá muy temprano en la mañana su «mudada» hacia la Florida, donde pretende establecer su residencia permanente en una de sus grandes propiedades, el resort Mar-a-Lago, en Palm Beach, donde —por cierto— los vecinos no lo quieren…
Se sabe derrotado, no solo en las elecciones del pasado 3 de noviembre, sino también en todos los litigios legales e ilegales que ha armado en su afán por revertir los votos mayoritariamente favorables al vencedor, Joe Biden y convertir en realidad su empeño en declarar fraude donde no lo hubo.
También ha sido derrotada su credibilidad en el gobierno y hasta dentro del Partido Republicano, donde han ocurrido deserciones y hay quienes lo acusan por todo lo hecho.
Una derrota mayor, la de la ética, ha impactado sobre el magnate presidente, por haber ignorado una pandemia cuyas consecuencias devastadoras se manifiestan en los más de infectados y… muertos.
Trump, además de subestimar la COVID-19, no practicar el uso de mascarillas ni el distanciamiento social, no previó los recursos para la asistencia en un sistema de salud colapsado, como expresión máxima de cuán frágil es ante situaciones de emergencia.
Deja a su país más aislado que nunca y desacreditado internacionalmente, con sus arbitrarias decisiones de tirar por la borda acuerdos internacionales de extraordinaria valía, lo mismo sobre cambio climático que sobre control de armamentos, o una de sus últimas aberrantes hazañas como fue la de sacar en plena pandemia a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud.
Además del rosario de acciones lamentables, hay males como la corrupción en su equipo de gobierno, la incitación al odio y al crimen, que también forman parte de su extenso expediente que debe abrirse y juzgarse.
El magnate presidente sale de la Casa Blanca y se instala el demócrata Joe Biden, ganador por amplia mayoría en las elecciones y sobre el cual existe un clima lleno de expectativas, tanto en lo interno como en lo exterior, y para nada exento de peligros, retos y hasta amenazas por parte del «Trump que ya no está» y principalmente del trumpismo que queda entre quienes por más de 70 millones votaron por él.
También forman parte de ese contexto los elementos extremos, fascistas entre otros, capaces, como lo fueron el pasado 6 de enero de asaltar al Capitolio y convertir en un verdadero caos de destrucción y muerte, la meca de lo que ha sido símbolo de la llamada «democracia» y «estabilidad» del sistema social estadounidense.
La ceremonia de hoy 20 de enero en la Casa Blanca, además de no contar con la asistencia de Trump, resultará muy limitada en cuanto a participantes, debido a la pandemia y a las amenazas y actos violentos de los últimos días, incitados por el mandatario saliente.
Biden será juramentado por el presidente de la Corte Suprema, John G. Roberts Jr., en el frente este del Capitolio, minutos antes del mediodía de hoy. En ese momento declarará: «Juro solemnemente que ejerceré fielmente el cargo de presidente de Estados Unidos y que, hasta el límite de mis capacidades, preservaré, protegeré y defenderé la Constitución de Estados Unidos».
En los grandes medios de prensa se ha publicado que Biden, en sus primeros diez días como presidente, firmará una docena de medidas inmediatas para «enterrar la era Trump». Entre otras, el regreso al Acuerdo de París sobre Cambio Climático, un nuevo proyecto de Ley Migratoria, así como su intención de lograr la aprobación de su plan de estímulo de US$1,9 billones para asistir a la recuperación económica del país tras el coronavirus.
Biden también declaró que su gobierno se propone aplicar 100 millones de vacunas contra la COVID-19 en sus primeros cien días en la presidencia, tras describir la actual estrategia de vacunación como un «fracaso deplorable».
La toma de posesión de Biden tendrá lugar en medio de una Casa Blanca sitiada militarmente y la ciudad de Washington tomada por miles de fuerzas armadas, vallas metálicas levantadas por doquier y alambres de púas para evitar el paso de «intrusos», fundamentalistas y trumpistas.
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Miguel dijo:
1
20 de enero de 2021
14:42:04
miguel dijo:
2
22 de enero de 2021
09:55:01
Jose hernandez dijo:
3
22 de enero de 2021
21:05:11
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