Herido de muerte, un presidente narcisista, responsable a su vez de la muerte de conciudadanos, de asesinatos selectivos, de miles de mentiras enumeradas por los propios medios de su país, exhortó al fanatismo supremacista a apoyar sus delirios: las imágenes, videos y audios han recorrido el mundo con su estela vergonzosa de destrucción en la sede del Capitolio (tras haber entrado con impunidad); las muertes, y, como secuelas casi previsibles, las renuncias de parte de su personal de gobierno, despidos, incluso suicidio.
Agonizante, sin admitir su responsabilidad en ninguno de los dislates de su mandato (desconociendo que también la derrota implica una ética), necesita aún hundir las garras en las heridas causadas una y otra vez. Cuba ha sido una de sus obsesiones; lo ha sido en mayor o menor medida para casi todos los presidentes de ese país, es cierto, pero este es particular, como todo impresentable no preparado para preocuparse por nada más que él mismo. Sucumbió como ninguno a lo más rancio del odio: a esa parte, también enferma, formada por cubanos que fueron a vivir su sueño americano, y, evidentemente, no les basta, y por otra que hizo del odio un medio de vida monetario jugoso, que temen perder. Los prefirió, antes que a esos miles de cubanos que, en su propio territorio, han pedido, muchos con riesgo de sus vidas y amenazas a sus familias, que se levanten sanciones y bloqueos contra su pueblo.
Muerto políticamente, ha firmado muy polémicas sanciones contra los países de su obsesión. Cuba no podía faltar. Y ahí está esa lista ilegal y personalista de quienes –él dice– patrocinan el terrorismo. La historia de Cuba habla por sí misma, incluso en estos inéditos tiempos de crisis económica mundial en un año signado por la pandemia de la COVID. Una lista que, si fuera redactada por las personas de bien del planeta, estaría encabezada por el mismo que se otorga el derecho de hacerla. Una lista que dificulta aún más las relaciones entre ambos países.
¿Y dónde estás tú, cubano? Tú que dices que te preocupa el bienestar del pueblo de Cuba, que ves esta lucha sin cuartel para preservar la vida de los que dices amar, que ves, como consecuencia de esta y de todas las infames listas del odio, que tu país, tu patria, está partiendo en 11 millones de pedazos la mínima cosa a la que logra acceder, para que llegue a todos... ¿Dónde estás que no condenas, al menos, la infamia?















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Julian dijo:
1
15 de enero de 2021
18:27:07
Soledad Oliden dijo:
2
16 de enero de 2021
08:29:36
Toscano dijo:
3
16 de enero de 2021
12:51:29
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