CARACAS, Venezuela.–Integrantes de tres de las seis brigadas del contingente internacional Henry Reeve que arribaron en septiembre a Venezuela, cuando el país experimentaba un alza en los contagios y en la gravedad de los enfermos de la COVID-19, regresaron a Cuba henchidos de orgullo solidario y franco, tras haber atendido en breve tiempo a dos millares de personas, y salvar de la muerte a cien de ellas.
En el acto de reconocimiento y despedida, Julio César García Rodríguez, jefe de la Oficina de Atención a las Misiones Sociales de Cuba en la nación hermana, destacó el importante refuerzo que significaron para los más de 22 000 profesionales cubanos de la Salud emplazados allí, y exaltó, además de la asistencia sanitaria directa, las labores de capacitación a colegas coterráneos y venezolanos en el manejo de la enfermedad.
El doctor Carlos Alvarado, ministro del Poder Popular para la Salud de Venezuela, reiteró el agradecimiento al Gobierno y al pueblo de Cuba por «lo que han hecho y hacen a favor de la vida y salud de la población en la Patria de Bolívar», enfatizó, antes de imponer la Orden al Mérito Doctor Gilberto Rodríguez Ochoa, a varios de los galenos destacados en diferentes estados.
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