Rusia celebró este 26 de julio el Día de la Armada. En la ocasión, el presidente Vladimir Putin hizo un anuncio que muestra a un país y a un mandatario comprometidos con garantizar la paz y enfrentar cualquier agresión exterior.
Para muchos, se trata de un rearme en medio de una situación externa, caracterizada por un franco deterioro de los mecanismos internacionales de control de armas, ruptura de pactos que tienen que ver con la convivencia pacífica, y provocaciones y amenazas, en todos los casos, realizadas por los gobiernos de Estados Unidos y muchas veces utilizándose a la otan como punta de lanza.
Cuantos más recursos y esfuerzos debiera dedicar el mundo a hacer realidad el desarrollo económico y social, que evite el hambre y las enfermedades curables y garantice la educación, la salud y el trabajo, desgraciadamente más dinero se está invirtiendo en armas, incluyendo las nucleares.
En el caso de Rusia, como China e Irán, han tenido que hacer inversiones millonarias en desarrollar y modernizar sus sistemas de defensa armada, no para agredir a otros, sino para defenderse del mismo enemigo de siempre, Estados Unidos, y responder ante cualquier agresión.
Rusia ha apostado por la paz a través del diálogo y la cooperación internacional. No ha empleado la amenaza bélica ni las sanciones económicas en su agenda de país. Más bien ha dedicado un gran porciento de sus recursos al desarrollo industrial, la modernización de su infraestructura, la creación de empleos y la investigación científica que incluye novedosos avances en la Medicina y la salud de su pueblo.
Igualmente, Moscú ha hecho de la solidaridad internacional, un principio que aplica cada día, principalmente con naciones del Tercer Mundo.
Pero también la Rusia en la era de Vladimir Putin se hace respetar, y para ello la modernización de sus armas y mecanismos de defensa constituyen un muro de contención ante quienes acercan a sus costas, armas, sistemas de misiles y soldados, o los que infectan sus mares y cielos cercanos con buques y aviones portadores de armas nucleares, con la mirilla hacia la nación rusa y el gatillo esperando la orden de un jefe –irracional e irresponsable– capaz de convertir en realidad el apocalipsis.
En el acto por el Día de la Armada, celebrado en San Petersburgo este 26 de julio, el presidente Putin dijo que el país moderniza su Armada con medios hipersónicos sin análogos en el mundo, y vehículos submarinos no tripulados.
De igual forma, el Ministerio de Defensa de Rusia informó haber completado con éxito las pruebas de sus novedosos misiles Tsirkón.
Los lanzamientos de prueba realizados desde la fragata Admiral Gorshkov «confirmaron las características tácticas y técnicas, únicas de este misil en términos de alcance y precisión del fuego, así como su velocidad hipersónica», señaló la fuente militar.
Según había anunciado el mandatario ruso, Vladimir Putin, en 2019, los misiles Tsirkón tienen una velocidad de vuelo de hasta 9 Mach y un alcance de más de mil kilómetros, capaces de golpear objetivos marítimos y terrestres.
Rusia, para sí y para todo el mundo, aporta confianza y seguridad con la modernización de sus fuerzas armadas como garantía de sus objetivos de desarrollo económico y social.
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Alejandro Gonzalez dijo:
1
28 de julio de 2020
07:42:36
cirilo dijo:
2
28 de julio de 2020
08:24:07
WILFREDO JESUS BLANCO dijo:
3
28 de julio de 2020
09:28:26
Sebastián dijo:
4
28 de julio de 2020
10:41:00
San Miguel dijo:
5
28 de julio de 2020
11:12:25
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