ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
La población de indígenas navajos, además de los males sociales, sufren carencias de recursos para combatir la COVID-19. Foto: AP

«La gran enfermedad de la tos 19», así llaman los nativos de la Nación Navajo, la reserva indígena más grande de ee.uu.,  al nuevo coronavirus.

Han puesto un nombre a esta enfermedad que ya cobra, en su región,  muchas vidas y abultan la lista de contagiados. Las cifras la ubican entre los primeros focos de infectados per cápita en el país del Norte.

La Nación Navajo, habitada actualmente por unas 170 000 personas, llegó a tener una tasa de infección por

sars-cov-2 diez veces más grande que la del estado de Arizona y, en comparación con su población, el número de contagios ha estado por encima de Nueva York y Nueva Jersey, superior, incluso, al número total de enfermos de países enteros.

El territorio de los navajos cubre 71 000 kilómetros cuadrados, ocupa partes del noreste de Arizona, el sudeste de Utah y el noroeste de Nuevo México. A pesar de esta extensión de tierra, casi el 40 % de las personas vive sin agua potable.

De acuerdo con una entrevista realizada por bbc Mundo a una nativa, los pobladores deben recorrer casi 30 kilómetros varias veces a la semana para encontrar el preciado líquido. A ello se suma la convivencia de muchas generaciones en la misma vivienda y la escasa infraestructura médica.

Precaria atención y otros problemas

La bbc explica que solo existen 12 centros de Salud,  25 camas de cuidados intensivos y 28 respiradores, por lo que muchos pacientes necesitan ser trasladados por aire a otros hospitales a cientos de millas.

La doctora Michelle Tom, de origen navajo, declaró a ese medio de prensa que no tiene los equipos de protección necesarios ni para ella, ni para sus

colegas.

A este factor se le suma otro, en una investigación de la Diné Community Advocacy Alliance,  se destaca que en esa comunidad existen solo diez supermercados y que más del 80 % de los alimentos pueden considerarse «comida chatarra», por lo cual abundan enfermedades asociadas a la pésima alimentación.

Otro problema existente en la población navaja –mayoritariamente adulta–  son los respiratorios  y el cáncer  a causa de la explotación minera.

Su territorio constituye la reserva más tóxica de ee. uu.: alberga 521 minas de uranio abandonadas, cuatro procesadores inactivos de ese metal y más de 1 100 sitios de desechos radioactivos que han contaminado el agua, de acuerdo con investigaciones de la Agencia de Protección Ambiental.

Según cifras oficiales, casi un cuarto de los habitantes sufre diabetes, mientras el 10 % padece alguna enfermedad cardiovascular, y cerca de la mitad es obesa.

La inacción del gobierno

La directora del Centro Johns Hopkins para la Salud de los Indios Estadounidenses, Allison Barlow, explicó a la bbc que la situación de esa comunidad indígena creó «una tormenta perfecta» para que  una crisis como la del coronavirus se convirtiera en una «carnicería humana».

«Lo que vemos hoy es el resultado de un sistema fallido y disfuncional que se ha mantenido generación tras generación», añadió la estudiosa, y argumentó que este escenario tiene como causa «la inacción del Gobierno federal, que no ha respetado, por años, las condiciones de los acuerdos con esas naciones».

Hoy los navajos también sufren un elevado índice de pobreza, abuso de sustancias, violencia sexual, bajos niveles de instrucción, desempleo, y otros males. De hecho, según varios estudios, si se consideraran un estado, serían el más pobre de todo ee.uu.

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