Un buen día, el virus menos esperado, en pocas horas, aparece en la ciudad china de Wuhan y se esparce por todo el mundo como un demonio, como una piedra lanzada a un agua inerte. Ese virus siempre tuvo nombre y algunos científicos argumentan que es la evolución de otros, menos fuertes, anteriores.

Su raíz torcida parece haber «nacido» en China y se esparció también por Europa, particularmente en la región italiana de Lombardía. Luego, España. La reina Isabel, alarmada, huye, por carretera, y se refugia en Windsor después de abandonar el Palacio de Buckingham. Bien se cuidó de enviar al rey, en helicóptero.
En medio del mes de marzo, se agigantó la fuerza del virus hasta plantarse en Nueva York donde, por el momento, hay más de 30 000 casos que ascienden, como suma total del territorio, a una cifra superior a los 100 000.

¿Es Estados Unidos un imperio? Sin dudas, pero camina a paso de una tortuga, subida de peso. Ha reaccionado a ese paso con lo cual es un hecho real, visible, palpable, que las grandes capas, las más humildes de esa sociedad, han resultado totalmente desamparadas.

¿Hay un sistema de salud en los Estados Unidos? Evidentemente no. Si no tienes dinero, no tendrás derecho a que te den siquiera los primeros auxilios. Tardíamente tarde, como proclamaba una poetisa negra cubana, han salido a dar la cara a los medios, a las redes y no, frente a frente, al pueblo norteamericano. No hay pudor. Los pobres, bajo los puentes, clamando por un servicio médico inexistente. Los migrantes, padeciendo en carne propia la división de las familias y el constante riesgo de ser deportados del paraíso. Para ellos solo será posible el infierno, a costa de sus propias vidas.

El imperio mira con ojo desigual. Esa es su práctica y, no olvidemos, su razón de ser. Su prioridad es la ceguera que no tiene en cuenta al prójimo, ni a nadie o nada que aliente con la pureza de las fuerzas vivas de una nación, cuyas 13 colonias, alguna vez, dieron el aldabonazo a toda una época. La salud, allí, ha estado primero relacionada con los ricos, los poderosos, nunca las sencillas huestes de Sacco y Vanzetti. La salud, un primordial derecho civil, no puede estar relacionada con los bancos, que son la prioridad en el proyecto nacional de ese imperio. Si no, ¿cómo explicarían que una Isla, la mayor del Golfo, haya enfrentado este virus por medio de la solidaridad y de la organización de un sistema de salud para todos? El imperio mueve malamente su cola cuando logró aceptar, a regañadientes, que su conducta dista de abrir un espacio, su justo lugar, a la salud de las mayorías.Todo está más que claro.
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Raúl Orellana García dijo:
1
30 de marzo de 2020
07:46:39
Leandro dijo:
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30 de marzo de 2020
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Jorge garrido dijo:
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30 de marzo de 2020
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30 de marzo de 2020
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30 de marzo de 2020
09:59:44
Inalvis Afonseca dijo:
6
30 de marzo de 2020
11:37:13
Inalvis Alfonseca dijo:
7
30 de marzo de 2020
11:52:56
Juan Carlos Morales dijo:
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30 de marzo de 2020
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Willian Barreiro Mayeta dijo:
10
30 de marzo de 2020
19:26:28
Amitabh Bora dijo:
11
31 de marzo de 2020
01:00:32
Vivian Fraga Ascuy dijo:
12
31 de marzo de 2020
08:34:29
Adi dijo:
13
1 de abril de 2020
22:11:26
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