Un análisis de la situación actual en el territorio sirio fronterizo con Turquía hace necesario abordar algunas aristas del tema.
Siria, un país libre, independiente, sometido durante la última década a la más cruel guerra estimulada por entes foráneos, ha empezado a recuperarse de tanta destrucción, luego de enterrar a más de medio millón de muertos.
La nación árabe ha sufrido la ocupación ilegal de parte de su territorio, por fuerzas y medios de guerra estadounidenses que nunca fueron invitados a intervenir en la guerra y mucho menos a asentarse en aquellas tierras.
Los grupos terroristas han sido vencidos por la acción del ejército sirio y el apoyo solicitado a la fuerza aeroespacial rusa para colaborar en esas acciones.
Así, los terroristas del llamado Estado Islámico y del grupo Al Nusra han concentrado sus últimas fuerzas, evidentemente protegidas por las tropas estadounidenses, en la zona cercana a la larga frontera con Turquía.
En la misma, otro componente ahora involucrado en la acción exterior contra Siria –los Kurdos–, se han convertido en el objetivo de la actual intervención militar turca –tampoco solicitada ni aprobada por Damasco– y condenada internacionalmente.
Para que se tenga una idea de cómo se fraguan estos actos de guerra sin contar para nada con las autoridades del país involucrado, digamos que este arribo de tropas y medios turcos a territorio sirio fue parte de un acuerdo entre Washington y Ankara, y este hecho –para nada convincente– siembra más incertidumbre.
Se trata de que, antes de que Turquía moviera sus medios de guerra y militares hacia territorio sirio, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó la salida de sus soldados que ilegalmente ocupaban parte de Siria.
¿Es una decisión de Trump para evitar bajas en sus tropas, o una estrategia del magnate presidente estadounidense para evitar más críticas –internas y externas– a su política exterior, o para finalmente aparecer como el «bueno» que, además de sancionar económicamente a Turquía, buscará convertir esta guerra en parte del juego electoral en que está involucrado?
El tema kurdo no es para nada nuevo dentro de los avatares del juego político en el Oriente Medio. Son un grupo étnico de entre 25 y 30 millones de personas que vive en una extensa región montañosa de varios países: Turquía, Irak, Irán y Siria, así como en menor escala en Armenia.
Todos mantienen una cultura e idioma únicos. La mayoría son musulmanes sunitas. Antes de la Primera Guerra Mundial, los kurdos tradicionales vivían una vida nómada hasta la desintegración del Imperio Otomano, que los despojó de su libertad y los dividió.
La contienda militar turca en la nación vecina, además de causar muertes, heridos y destrucción, puede crear un clima favorable para que regrese el grupo terrorista Estado Islámico a Siria, como acaba de advertir el presidente ruso Vladimir Putin al condenar dicha acción.
El Gobierno turco definió como objetivo de la operación militar en territorio sirio el «alejar de la frontera» a las milicias kurdas conocidas como Unidades de Protección del Pueblo (YPG).
De acuerdo con el diario turco Hürriyet, para ello se proponen en un primer momento tomar el control de una franja de territorio sirio de 120 kilómetros de largo y unos 30 de profundidad. Toda una mutilación del país vecino.
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Cubaneo dijo:
1
14 de octubre de 2019
14:30:30
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