El embajador británico en Washington, Kim Darroch, anunció su renuncia, después del escándalo político que causó la filtración de los cables diplomáticos en los que criticaba al presidente estadounidense y a su administración.
«La situación actual me está impidiendo desempeñar mi papel como me gustaría hacerlo», expuso el diplomático en su carta de dimisión.
Por otra parte, el aspirante al cargo de primer ministro Boris Johnson recibió duras críticas de la clase política por no respaldar al embajador británico en EE.UU. En un debate televisado con su rival político, Jeremy Hunt, el ex canciller Boris Johnson no respaldó al funcionario, sino que resaltó la «buena relación» que ha establecido con la Casa Blanca.
En la Cámara de los Comunes, según referencia Sputnik, la primera ministra interina, Theresa May, realizó una intervención crítica a Johnson por su actitud. «Espero que la Cámara refleje la importancia que tiene defender nuestros valores y principios, particularmente cuando nuestros funcionarios están bajo presión», dijo.
El líder de los laboristas, Jeremy Corbyn, tuiteó al respecto: «La negativa de Boris Johnson a respaldar a Kim Darroch demuestra que no se plantará ante Donald Trump ni defenderá al Reino Unido».
La situación creada, que ha llevado a la renuncia del embajador británico, abre diversas interrogantes: ¿Quién está detrás de este escándalo? ¿Quién puede estar interesado en la renuncia del diplomático aliado?
Hacer públicos los documentos con el objetivo de provocar una controversia política, que lleve, cómo era de esperar, a la renuncia del embajador, es un juego que tiene muchas fichas escondidas.
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Miguel Angel dijo:
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11 de julio de 2019
13:30:49
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