ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
África es un continente de progreso con un rápido desarrollo económico y un cambio rápido en las esferas social y política. Foto: wordpress.com

Denis Mukwege, conocido como el «Doctor Milagro» (por su capacidad para reparar, mediante la cirugía reconstructiva, el horrible daño infligido a las mujeres que han sido violadas), se encontraba en el salón de operaciones cuando recibió la noticia de que había sido galardonado con el Premio Nobel de la Paz 2018, junto a Nadia Murad.
Pero Mukwege no se detuvo a contemplar la gloria, sabe que como médico tiene un largo camino por recorrer en su país, la República Democrática del Congo, nación que enfrenta el flagelo de la violencia sexual hacia mujeres, niños y niñas.
Lo más lamentable es que en esa región del planeta, donde trabaja sin descanso Mukwege, los mapas registran una gran población y recursos naturales en abundancia,  sin embargo, parecen endémicos la pobreza, el hambre y las enfermedades.
Esta zona geográfica se conoce, según explica el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), como África subsahariana, denominada de esta forma por incluir un total de 49 países situados al sur del desierto del Sahara.
La también etiquetada como «África negra» cobijaba, durante el año 2015, a la mitad de la población más necesitada del mundo. Nueve países de África subsahariana clasifican entre los diez más pobres del planeta.
Como refleja la Acnur, esa región se divide en cuatro subregiones: Oriental, Occidental, Austral y Central. Los idiomas oficiales son el inglés y el francés, muestra innegable de las raíces que los colonizadores dejaron en esta parte del mundo, donde los habitantes fueron separados de sus lenguas originarias para aprender el idioma de sus esclavizadores.
El Foro Económico Mundial cataloga al África subsahariana como «un lugar de riesgos y oportunidades». Además, la llaman la última gran frontera para el comercio internacional, «paraíso» para las grandes potencias en búsqueda de nuevas fuentes de recursos naturales.
El propio mecanismo económico refiere que el continente tiene un ritmo acelerado de crecimiento humano del 2,3 % anual y podría alcanzar, según la Organización de Naciones Unidas, los 2 500 millones de personas en 2050, el 25 % de la población mundial.
Estadísticas indican que países de la región como Ruanda, Namibia y Sudáfrica muestran una disminución en la brecha entre hombres y mujeres, en salud, educación, oportunidades económicas y representación política.
Por su parte, el diario español El País hace notar que la esperanza de vida aumentó en 9,4 años durante la última década. Las infecciones de vih entre los niños han caído un 50 % desde el 2010 y las tasas brutas de matrícula en primaria son en la actualidad las más altas de la historia.
Es que se trata de caras de la misma moneda, donde desarrollo vs. desigualdad luchan constantemente y, a pesar de los indicadores negativos, hay esperanza para uno de los continentes más castigados a lo largo de la historia por la colonización y la explotación de naciones foráneas.
África subsahariana está urgida de un proceso de grandes transformaciones sociodemográficas, económicas y sociopolíticas, para poder pasar de la incertidumbre y la falta de oportunidades, a la formación de una nueva África incluyente, soberana y capaz de brindar un bienestar a sus habitantes acorde con las inmensas riquezas que posee.
Para ello es imprescindible poner freno, en primer lugar, a los conflictos locales que tanto daño hacen, así como detener los apetitos de antiguas metrópolis que lejos de invertir en África y así ayudar a sus pueblos, lo que hacen es explotar sus riquezas minerales a través de transnacionales expandidas por muchos países de la región.
Durante 2019 tendrán lugar elecciones presidenciales en 11 países, comicios que debieran constituir motivación para el desarrollo.
En este contexto, sería importante resaltar la paz alcanzada entre Etiopía y Eritrea, así como la llegada al poder de la primera jefa de Estado en África, Sahle-Work Sewede, presidenta de Etiopía, como dos logros para la zona.
Sin embargo, mucho queda por hacer. La premisa de un futuro mejor para los africanos es posible; luego de tantos siglos de esclavitud y explotación es momento de que África subsahariana deje de ser noticia por sus problemas y gane notoriedad por la concreción de un mundo de oportunidades para sus habitantes, la región y el mundo.

La premisa de un futuro mejor para los africanos es posible; luego de tantos siglos de esclavitud y explotación es momento de que África subsahariana deje de ser noticia por sus problemas y gane notoriedad por la concreción de un mundo de oportunidades para sus habitantes. Foto: política exterior


En contexto:
El continente africano tiene una extensión de 30 221 000 kilómetros cuadrados y 1 200 millones de habitantes que hablan 2 000 lenguas diferentes.
África tiene una posición geopolítica privilegiada con cuatro circunvalaciones marítimas, por el Mediterráneo, el Atlántico, el Índico y el Mar Rojo.
La región posee un potencial energético hasta ahora insospechado, que se calcula en el 15 % del orbe.
Posee el 50 % del oro; 50 % de minerales estratégicos.
Cuenta con el 60 % de las tierras cultivables del mundo y enormes reservas de agua potable.
El Producto Interno Bruto total alcanza los 2,5 billones de dólares en los últimos cinco años.
Desde el 2000 a 2017, sus economías han tenido un crecimiento promedio de 5 % anual.
África logró un crecimiento promedio de 4,5 % en 2017 y para 2020 el pib llegará a 2,6 billones de dólares.
El recurso más grande de África son sus jóvenes, con más del 60 % en la mayoría de sus países.
La inversión extranjera directa, impulsada por China e India, creció en el continente en 75 % con relación al 2013. Solo Beijing tiene más de 30 000 millones de dólares en activos en varios países africanos.
África es un continente de progreso, con un rápido desarrollo económico y un cambio rápido en las esferas social y política.
La Cumbre extraordinaria de la Unión Africana (ua), efectuada en marzo pasado en Kigali, Ruanda, acordó la creación del Área de Libre Comercio Continental Africana (afcfta por sus siglas en inglés), que es una prioridad político-económica para la organización y también un proyecto insignia de la Agenda de la Unión Africana 2063.
Con siete puntos primordiales, la Agenda 2063 se encamina a buscar un continente próspero, región integrada, buena gobernabilidad, paz y seguridad, mantener la identidad cultural, bienestar para sus pueblos y solidaridad ante injerencias externas, entre otros aspectos.
Si hace una década los golpes de Estado y las guerras internas eran constantes en toda la región, ya en estos años se han logrado reducir debido a la política aplicada por los dirigentes de la ua para no reconocer a gobiernos ilegales y contar, además, con contingentes militares integrados por los diferentes países para no tener que depender de fuerzas extranjeras cuando ocurre algún hecho de ese tipo.
Recientemente el secretario general de la onu, Antonio Guterres, se mostró esperanzado con los notables progresos que está experimentando el continente africano, al declarar que «soplan vientos de esperanza», especialmente en el ámbito de la resolución de conflictos y en el de la prevención.


Fuente: Opciones y sitio ofical de la ONU.

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