Ser estudiante es un momento de la vida muy querido para quienes lo disfrutan. En esa etapa, somos irreverentes, a veces escandalosos, peleamos contra el mundo con la seguridad de sabernos invencibles, pero sobre todo, buscamos la justeza y el mejoramiento de nuestra sociedad, a sabiendas de que es nuestro futuro.
Así debió sentirse el grupo de jóvenes checoslovacos que se enfrentaron al yugo hitleriano a través de la fuerza de sus convicciones.
Corría el año 1939 y Checoslovaquia celebraba el aniversario 21 de su independencia. En ese contexto, los jóvenes se manifestaron en las calles en repudio a las crueles medidas que tomaban los fascistas en contra de su nación.
En estos enfrentamientos perdió la vida Jan Opletal, estudiante de la Facultad de Medicina de la Universidad de Carlos, lo que enfureció aún más a quienes sufrían los atropellos del régimen hitleriano, por lo que el día de su entierro,en universidades y residencias de estudiantes, los jóvenes se lanzaron en protesta.
Las represalias no se hicieron esperar y durante la noche del 16 de noviembre arrestaron y hostigaron a miles de estudiantes y fusilaron a nueve de ellos.
Al día siguiente, el campo de concentración Sachsenhausen-Oraníeburg se convirtió en el «nuevo hogar» de miles de estudiantes, quienes de esta forma dijeron adiós a uno de los bienes más preciados del hombre: la libertad.
Mas el destino de esos muchachos no quedó en el olvido y su ejemplo inspiró a millones en todos los rincones, y motivó a que la búsqueda de la paz sea el latir del corazón del planeta.
El Día del Estudiante es un acontecimiento a nivel mundial. Sin embargo, no todas las naciones lo celebran en la misma fecha. Por ejemplo, en Panamá se festeja el 27 de octubre, mientras que en Honduras es el 11 de junio. Por su parte, Perú lo conmemora el 23 de septiembre y Venezuela el 20 de noviembre.
En nuestro país se escogió el 17 de noviembre en homenaje a los estudiantes checoslovacos, lo cual hacen otras 114 naciones.
Buscando otras realidades
Muchos son los retos que enfrenta la juventud a nivel mundial. Algunos han cambiado con el paso de los años, pero otros permanecen en el tiempo.
Organizaciones como Naciones Unidas han incluido en su labor la investigación sobre las problemáticas que atañen a esta parte de la población, en la actualidad vista como sector de gran relevancia.
Esas pesquisas han determinado que buena parte de los jóvenes en el mundo comparten la pobreza, la
desigualdad de oportunidades para acceder a una educación de calidad y a un empleo seguro con una remuneración adecuada; elementos todos de vital importancia para construir una familia en el futuro.
El estudiante cubano-chileno Alejandro Mitodio cuenta que en Chile uno de los grandes problemas que enfrentan los jóvenes son las altos costos de las matrículas para ingresar a la Universidad.
«Estudiar Medicina, por ejemplo, es extremadamente caro, y solo es posible si tu familia tiene una solvencia económica como para ayudarte a pagar la carrera, porque aunque trabajes es demasiado costoso», afirma.
La falta de ofertas de trabajo, luego de concluido el proceso de formación, es otro de los grandes retos a los que se enfrentan los recién graduados y que hacen de los jóvenes un sector en búsqueda de nuevas realidades.
Un informe presentado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, sobre participación cívica de la juventud mundial, reporta que la falta de trabajo afecta a más de 73 millones de jóvenes en todo el mundo, con una tasa de desempleo que supera el 50 % en muchos países en vías de desarrollo. En España, la tasa de paro juvenil se sitúa en torno al 46 %. En países de bajos y medios ingresos, el subempleo en el sector informal es considerado el reto principal en lo que a empleo juvenil se refiere.
La juventud cubana
Una realidad diferente se ha experimentado en nuestro país luego del 1ro. de enero de 1959, donde se ha defendido a los jóvenes como baluarte indiscutible de la sociedad, ya que, como dijera siempre Fidel, «suyo es el futuro de Cuba».
Las organizaciones que aglutinan a este sector, como la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media, la Federación Estudiantil Universitaria o la Unión de Jóvenes Comunistas, han defendido a través de los años la esencia de las ideas de quienes en sus inicios lucharon por los derechos de las nuevas generaciones.
Es por ello que la conmemoración del Día Internacional del Estudiante es punto de partida para nuevas metas de los jóvenes cubanos. La fecha tiene aquí particular significación, sobre todo porque nuestros niños y jóvenes pueden disfrutar de una educación gratuita, donde se respetan sus derechos y son parte fundamental del desarrollo de la sociedad.
Son esas conquistas las que se reafirmarán este 17, un día que, al decir de Santiago Jerez, miembro del secretariado nacional de la FEU, será también «una jornada de reafirmación de nuestra cubanía y vocación revolucionaria».















COMENTAR
Responder comentario