ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Las noticias sobre la tragedia del opio en Estados Unidos son tan cotidianas como espeluznantes. Foto: AFP

La proliferación de armas, los tiroteos y sus muertos no constituyen las únicas preocupaciones de las familias que llevan a sus hijos a las escuelas en Estados Unidos. La peor crisis de consumo de drogas derivadas del opio impacta cada día más al sistema de enseñanza de ese país.
Un diario de la Florida destacó recientemente la preocupación que impera entre padres y familiares de niños y jóvenes estudiantes porque «guaridas de opioides y sexo» acechan escuelas de Miami, ciudad que se ve afectada cada vez más por personas sin techo y adictas a las drogas que llenan las inmediaciones de centros escolares de agujas y desechos asociados al consumo de estupefacientes.
Bajo el paso elevado de una autopista por donde caminan padres acompañando a sus hijos pequeños rumbo a la escuela cercana, montones de objetos personales mezclados con basura y colchones sucios, donde vagabundos yacen con agujas que todavía sujetan en sus manos entreabiertas; mientras funcionarios de salud pública realizan una investigación sobre la propagación del vih y la hepatitis c en ese campamento de desamparados.
Los paisajes que narra la crónica incluyen a una mujer descalza apoyada en el mástil de la bandera en la escuela Phillis Wheatley, quien se movía nerviosamente con una jeringuilla antes de levantarse su camiseta y solo se marchó cuando un custodio salió para izar la bandera en lo que sería otro día escolar en el núcleo urbano de Miami.
Autoridades sanitarias y de educación de la ciudad enviaron avisos a los padres que tienen niños en por lo menos cinco  escuelas, alentando a los estudiantes y las familias a permanecer vigilantes e inmediatamente reportar a los administradores escolares actividades sospechosas o personas merodeando por los alrededores.
Además, se ordenó a la policía escolar aumentar las patrullas en los edificios docentes y realizar inspecciones en todo el perímetro para recoger cualquier parafernalia antes de que los estudiantes lleguen, pues cada vez son más frecuentes los hallazgos de jeringuillas, agujas y otros desechos contaminados de drogas en esos predios.
Recientemente Alberto Carvalho, superintendente de la Junta de Educación, reconoció que «de repente, la crisis de los opioides es real. Y no es una crisis que esté afectando solo a las zonas rurales o urbanas de Estados Unidos. Es bastante universal y ubicua. Y creo que está invadiendo áreas donde se brindan servicios a los niños, como las escuelas».
Relata el diario que el pasado año, en una de esas escuelas, un niño de diez años  murió repentinamente por exposición al fentanilo, una hora después de salir de una piscina, vomitó y cayó inconsciente en su casa. Las autoridades aún no saben cómo el niño se expuso a la poderosa droga.
Las noticias sobre la tragedia del opio en Estados Unidos son tan cotidianas como espeluznantes. Recientemente coincidieron en el tiempo una información sobre el esclarecimiento del secuestro de un estudiante universitario en la Florida por un vagabundo drogadicto y la interrupción de un vuelo en el Aeropuerto Internacional de Miami por presunto hallazgo de drogas y explosivos. Fue precisamente en ese estado norteamericano donde fue detenido el supuesto autor de las cartas bombas enviadas a políticos demócratas y personalidades de los negocios y las artes.
El diario miamense mencionaba la palabra «guarida» para identificar el medio socialmente hostil que acecha a las escuelas de una ciudad, donde convergen cada vez más no solo los «sin techo» y adictos –que son los más visibles–, sino la corrupción, el lavado de dinero, los mafiosos, los mercaderes de drogas, armas y personas, los mercenarios millonarios y de clase media, los capos del negocio de la guerra contra Venezuela, Nicaragua y Cuba, encabezados por los congresistas antilatinoamericanos, que viven y se enriquecen de la tragedia.

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Luis dijo:

1

7 de noviembre de 2018

03:32:45


El fenómeno epidémico de los medicamentos opioides es consecuencia de las agresivas campañas de marketing de las grandes compañías farmaceúticas de EE UU--y su sed insaciable de aumentar el lucro--e impresionar a Wall Street para atraer más capital--y así mantener los salarios multi-millonarios de sus ejecutivos. En EE UU el dinero y el capital están por encima de la salud.

Arlinda dijo:

2

7 de noviembre de 2018

08:33:44


Primero es mirar lo triste de ese pais y su juventud perdida pero que sirva de ALERTA CON LA NUESTRA me da mucho dolor ver como en nuestro pais que pueden estudiar hacer deportes etc. exista tantisisma juventud sin estudiar bebiendo alcohol,grupos sentados en las esquinas desde horas tempranas y que atencion a menores y no tan niños no se ocupen de dar un llamado de atencion vivo en Centro Habana y lo veo a diario