ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Los niños entre las víctimas del salvaje crimen del gobierno de Estados Unidos Foto: Youtube

Era una mañana aparentemente tranquila en la ciudad costera de Nagasaki, al sur de Japón, donde aún se vivían los desmanes de una guerra mundial que demasiados días de agonía y sufrimiento ya había costado al planeta. El jueves 9 de agosto de 1945 el día estaba cálido, con un poco de nubosidad, los gorriones anidaban en los tejados de adobe y una infinidad de transeúntes iban y venían por las calles angostas.

Nadie podía estar preparado para el infierno que se desataría en aquel lugar en cuestión de minutos. La noticia de que la ciudad de Hiroshima había sido devastada por un arma desconocida hasta aquel momento, recorría la prensa local como un aviso silencioso de lo que estaba por venir.
Mientras tanto, el joven cartero Sumiteru Taniguchi preparaba su bicicleta con la entrega matutina. Justo a las 11:01 de la mañana un destello cegador iluminó el cielo circundante.

–¿Será una bomba, cuándo acabará esta maldita guerra?–, pensó.

No era la primera vez que un avión aliado lanzaba una carga explosiva sobre la urbe.

Cuarenta y tres segundos después, un fuerte estruendo sacudió la tierra y lo arrojó lejos del ciclo. Desorientado y con mucho cansancio, Taniguchi continuó caminando. A su alrededor yacían cuerpos desmembrados, rostros inexpresivos, con la sorpresa de la muerte súbita reflejada en el semblante. Había también mucho silencio, como si la vida se hubiera extinguido por completo durante la explosión.

Al palparse la espalda notó la ausencia de tejido epidérmico y que, en su lugar, tenía unos trozos de piel colgándole hasta la cintura. Sumiteru sobrevivió a estas graves quemaduras, pero cientos de miles de personas no tuvieron la misma suerte y otras tantas, a siete décadas de aquel fatídico día, sufren las consecuencias causadas por los altos niveles de radiación que persisten hasta la actualidad.

Hiroshima antes y después del bombardeo atómico. Foto: sputnik

Así de triste es la historia de estos dos pueblos, víctimas de los embates de un imperialismo despiadado, al cual nunca le ha importado el valor de la vida humana a la hora de satisfacer sus pretensiones hegemónicas. ¿Qué crimen habían cometido los pobladores de estas ciudades reducidas a escombros en tan solo segundos? Ninguno; pero para Estados Unidos esto no fue suficiente y simplemente las lanzaron.

¿Cuál fue la excusa empleada por el gobierno de Estados Unidos, presidido por Harry Truman, para intentar justificar semejante barbarie? La de que Japón no había aceptado la rendición propuesta por los aliados.

Pero, ¿realmente era necesario atacar con tanta crueldad dos poblaciones indefensas para terminar con el conflicto armado?

Quien haya estudiado en profundidad la historia contemporánea puede dar respuesta a esta interrogante a partir del verdadero trasfondo detrás de este lamentable hecho. Italia y la Alemania Nazi (los otros países integrantes del Eje además de la tierra del sol naciente) habían firmado la rendición incondicional. El hastío bélico soportado por el pueblo japonés en ese momento era insostenible.

Lo que está claro entonces es que el verdadero propósito de aquel crimen fue demostrar al mundo,  y en especial a la urss, el poderío destructivo de las armas nucleares en poder de Estados Unidos. En un prepotente acto de desprecio, acabaron con la vida de personas inocentes. Los inocentes pagan siempre los delirios de grandeza de las naciones poderosas. Poco importaron los niños, mujeres y ancianos que habitaban aquellas localidades, mucho menos importaba la destrucción masiva que ni siquiera el todopoderoso dólar puede reparar. Tenían un «juguetico nuevo» y querían darlo a conocer.

¿Existe tanto cinismo como para que la nación responsable de este genocidio diga ser defensora de los derechos humanos? ¿Acaso esta es la historia que pretenden que los pueblos olviden?

Bomba atómica. Foto: Granma



En la actualidad:
Las consecuencias a largo plazo de la bomba atómica estadounidense en Hiroshima han sido: anemia, leucemia, tumores malignos, deformaciones físicas y mutilaciones, graves trastornos síquicos y alteraciones de la conducta social.

Además, han causado trastornos del crecimiento, envejecimiento prematuro, ceguera, daños en el sistema nervioso central, abortos, importantes taras síquicas y físicas entre los recién nacidos, entre otros muchos problemas de salud.

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Ramón. dijo:

1

9 de agosto de 2018

02:05:53


No hay en la historia gobierno de los USA que se salve de imperialismo y genocidio. Lo de Hiroshima y Nagasaki no tiene nombre. Como tampoco lo tiene la agresión a Vietnam. Ni las más recientes de Irak, Afganistán, Libia.... Ni todas sus tropelías y crímenes en América Latina. Por eso es más grande aún la Revolución cubana, que tan cerca del Imperio supo y sabe vencerle y demostarle qué es soberanía y honor. ¡¡VIVA EL ANTIIMPERIALISMO!!

luis blanco dijo:

2

9 de agosto de 2018

09:37:20


es correecto hay que evitar que se repita el uso de la bomba atomica, pero no solo se puede acusar a los Estados Unidos, no es la unica potencia nuclear, siempre se oculta que tambien Rusia es una potencia nuclear, tambien china, y aunque parezca increible Korea e Iran. No es cierto que propósito fue demostrar al mundo, y en especial a la urss, el poderío destructivo de las armas nucleares en poder de Estados Unidos. Es lamentable las muertes de inocentes pero los culpables eran los propios japones en su aspiracion de dominio mundial junto a los nazi..

Taboada Lorenzo Respondió:


11 de agosto de 2018

08:57:55

Estimado amigo Luis Blanco, su comentario tiene cierta verdad a media, si bien es cierto que el Japon de la época se comportaba como todo un imperio y tuvo gran incidencia en la segunda guerra mundial, ya para la fecha en que se lanzaron las dos bombas atómoicas, el imperio japones estaba vencido y derrotado, no había ninguna necesidad de lanzar las bombas, eso fue una demostración de fuerza exagerada de los EE.UU, así de sencillo y hasta la fecha que yo conosca ha sido el único país en realizar semejante genocidio. Si bien la Unión Sovietica ya estaba ensayando algo al respecto no la lanzó porque no tenía necesidad de hacerlo porque ya tenía la guerra ganada y si hay que acusar a los EE.UU de semejante barbaridad porque son los máximos responsables de desatar la guerra nuclear. Es verdad que hay otros países que tienen este artefacto pero fueron ellos los iniciadores de este horrible crimen Por lo tanto no se puede andar con paños tibios, al criminal hay que llamarlo por su nombre, (CRIMINAL).

Orlandi dijo:

3

9 de agosto de 2018

20:12:45


El término que aparece en el titular debería ser genocidio y no magnicidio que el emperador no murió en los ataques.

José Manuel Lapeira Casas Respondió:


17 de agosto de 2018

12:12:25

Estoy de acuerdo con lo que tu dices, incluso lo tenía así pero eso del magnicidio y genocidio fue un cambio de última hora en el que no contaron conmigo. Solo para aclarar. El autor.