A no retroceder fue el llamado hecho en la conferencia de prensa ofrecida este jueves, en La Habana, por la máxima directiva de la delegación del Ejército de Liberación Nacional (ELN) respecto al proceso de paz que avanza en Colombia y tiene su sede de conversaciones en esta capital.
Pablo Beltrán, jefe de la delegación del ELN, insistió en que la agrupación guerrillera mantiene su disposición al diálogo y que dependerá de la administración de Iván Duque el comienzo de un séptimo ciclo de conversaciones, toda vez que el nuevo mandatario colombiano tomará posesión este 7 de agosto.
El líder guerrillero aseguró que conserva la esperanza en la salida política a la confrontación bélica y apuntó que, aunque se va un gobierno, el ELN espera que llegue una nueva delegación.
El pasado miércoles concluyó en La Habana el sexto ciclo de diálogo entre la guerrilla y el gobierno colombiano, una etapa que cierra con un balance positivo según ambas partes, pues si bien no se llegó a un acuerdo, cerca de un 80 % de las bases del cese al fuego están acordadas.
Durante la conferencia, el comandante Aureliano Carbonell, líder del equipo de trabajo «Participación de la sociedad en la construcción de la paz», elemento grueso en la actual agenda de conversaciones; y Bernardo Téllez, máximo representante de otro de los equipos presentes en la mesa de negociaciones, esta vez el dedicado a los «Asuntos Humanitarios y el Cese al Fuego Bilateral», hicieron referencia a algunos de los puntos del sexto ciclo.
La participación fue uno de los temas centrales que se manejó y donde se aspiraba a lograr avanzar antes de que concluyese el Gobierno de Juan Manuel Santos.
«Este punto es vital para el diseño del proceso a seguir entre el Gobierno colombiano y el ELN». Por eso es el primero de la agenda y ha sido muy bien acogido por los sectores más comprometidos (organizaciones sociales, de derechos humanos, plataformas de mujeres, etc.) con la paz en Colombia e internacionalmente, apuntó Carbonell.
Hay que hallar la manera de generar democracia y conseguir que la población –en toda su magnitud– participe, advirtió.
«En los acuerdos hacia la paz la sociedad tiene que tener un rol protagónico, ya que no puede darse un acuerdo solo entre la insurgencia y el Gobierno», aseguró.
En los dos ciclos los representantes de ambas partes se esforzaron en abordar el asunto, una cuestión compleja debido a que en la mesa se sientan desde posiciones opuestas.
«Logramos acordar lo que serían enunciados generales, o fundamentos, los cuales poseen un componente territorial defendido por las regiones más importantes de Colombia, y uno temático-sectorial-poblacional, representado por diferentes grupos de personas», explicó.
Por su parte, Téllez rememoró el Acuerdo de Quito, del 4 de septiembre del 2017, que marcó un hito al ser el primer cese al fuego bilateral y nacional.
Asimismo, afirmó que para el ELN un cese al fuego debe ir más allá del detenimiento del uso de las armas.
Para resolver el conflicto humanitario en mi país (Colombia) se requieren otros acuerdos», comentó.
Y entre los clamores principales de estos tiempos está la obtención de la paz completa, el mantener la mesa de conversaciones y el detener los ataques contra líderes y lideresas sociales colombianos de izquierda.
«No dar marcha atrás», esa es la esencia del último comunicado del ELN, organización guerrillera insurgente que opera en Colombia y que una vez más tiene a esta Isla como garante del diálogo.
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