Washington.-El tiroteo masivo que este jueves dejó cinco muertos en las oficinas de un periódico local, en el estado norteamericano de Maryland, provoca renovados llamados al Congreso para actuar por un mayor control de armas, las mismas que patrocinan al Estado aunque ello, como fenómeno, solo recibe indiferencia por parte del Gobierno.
Entretanto los tiros llueven y, en muchos casos, son menores los que salen perdiendo la vida. El guion parece el mismo, solo cambian los actores. Esta vez fue Jarrod Ramos, de 38 años, el presunto autor del tiroteo. En consecuencia, enfrenta hoy cinco cargos por homicidios en primer grado.
El escenario fue un diario de la ciudad estadounidense de Annapolis, Maryland, el mismo al que Ramos había demandado en el 2012, por una supuesta difamación de un exreportero contra él, entonces acusado por acoso. Pero ya se sabe que en el país que se cubre bajo las ropas de la democracia, estos tiroteos forman parte de la cotidianidad.
El mundo recuerda aún los sucesos de la escuela Secundaria Stoneman Douglas, en Parkland, donde el estudiante Nikolas Cruz asesinó con un rifle ar-15 a 17 personas. Este fue el colofón de otras tantas matanzas que derivaron en una Marcha por la vida en el corazón de Washington.
Resulta paradójico entonces que la nación gobernada por el magnate excéntrico Donald Trump, intente dar lecciones a una Isla en la que hay escuelas hasta en las montañas, aunque solo sea para recibir a un estudiante. En ellas jamás ha ocurrido un hecho de sangre como los que en Estados Unidos pueden suceder a cualquier hora. Aun así, este país vende a sus ciudadanos la imagen distorsionada de una Cuba insegura.
















COMENTAR
EDU dijo:
1
30 de junio de 2018
06:48:53
Sonia dijo:
2
30 de junio de 2018
09:48:30
Aldo dijo:
3
30 de junio de 2018
10:03:07
Responder comentario