La salida unilateral de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán, que incluía a otro grupo de potencias internacionales, es la última de una serie de decisiones irracionales en materia de política exterior por parte de la actual administración republicana.
El retroceso en las relaciones con Cuba, la salida del acuerdo de París, el cambio de su embajada en Israel a Jerusalén y el inicio de una guerra comercial con China, se cuentan entre las acciones de Washington que desconciertan a expertos y analistas en todo el mundo.
Pero este martes el presidente Donald Trump subió aún más el listón al poner fin a la participación estadounidense en el Plan de Acción Conjunto y Completo (JCJOA, por sus siglas en inglés), acordado en el 2015 con el objetivo de limitar las capacidades nucleares de Irán a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales contra ese país.
El mecanismo contaba con el respaldo de Alemania, China, Francia, Reino Unido y Rusia, quienes durante los últimos meses defendieron su efectividad y llamaron a Estados Unidos a no precipitarse.
Sin embargo, Trump ni siquiera se tomó el trabajo de proponer un plan alternativo o delinear la estrategia de Washington para sustituirlo.
La jugada de la Casa Blanca deja mal parados sobre todo a sus aliados europeos. Angela Merkel, Theresa May y Emmanuel Macron, quienes emitieron un comunicado conjunto en el que lamentan la decisión norteamericana y llaman a Teherán a que mantenga los términos acordados.
Empresas europeas como Airbus, Renault, Peugeot, Siemens y Total tienen comprometidas inversiones en Irán y ahora pesan sobre ellas las amenazas del regreso de las sanciones.
Por su parte, el presidente iraní, Hasan Rohani, aseguró que su país seguiría «comprometido» con el acuerdo nuclear si se mantenían los convenios de cooperación con los demás miembros del tratado tras la salida de Estados Unidos.
La Cancillería francesa anunció este miércoles que Rohani y Macron habían conversado telefónicamente y ratificaron su voluntad de atenerse a su implementación.
Sin embargo, Teherán dejó claro que ordenará a las autoridades atómicas que se preparen para comenzar el enriquecimiento de uranio a niveles industriales si fracasan las negociaciones con los europeos.
Quien sí celebró la decisión norteamericana fue el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. La lógica de Tel Aviv es que un conflicto con la nación persa es inevitable y no puede darse el lujo de dar más tiempo a Irán para que continúe su desarrollo económico y militar.
El propio presidente Trump aseguró que no está interesado en otra guerra en Oriente Medio, pero sus acciones parecen destinadas a crear las condiciones para una conflagración a gran escala.
Estados Unidos, bajo el nuevo mando republicano, incentiva las disputas entre los países del Golfo, aumenta su participación en el conflicto sirio y crea nuevos focos de confrontación entre israelíes y palestinos.
Washington debería recordar lo que ocurre cuando se juega con fuego.
















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serge arneaux dijo:
1
10 de mayo de 2018
00:05:06
Edgardo Martinez Garcia dijo:
2
10 de mayo de 2018
07:21:17
Miguel Angel dijo:
3
11 de mayo de 2018
07:29:39
pbruzon dijo:
4
11 de mayo de 2018
08:57:38
Miguel Angel Respondió:
11 de mayo de 2018
12:54:24
Lucifer dijo:
5
11 de mayo de 2018
10:19:39
yordán dijo:
6
12 de mayo de 2018
12:38:43
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