A pesar del indulto que le fue concedido a Alberto Fujimori el pasado año, recientemente el Poder Judicial de Perú determinó que el exmandatario debe ser juzgado por el caso Pativilca.
Se trata de la tortura y asesinato de seis personas en el año 1992 –que implica además a otra veintena de individuos–, y según la instancia judicial en ese hecho «no se le aplica el derecho de gracia por razones humanitarias» otorgado por el actual Presidente peruano a Fujimori.
Pedro Pablo Kuczynski (PPK) le otorgó un perdón presidencial a finales de diciembre al exmandatario, quien cumplía una condena de 25 por crímenes de lesa humanidad durante su gobierno (1990-2000).
El «perdonado», que se encuentra en libertad, cumplió poco menos de la mitad de su condena, y tras conocerse esta decisión los peruanos salieron a las calles en señal de protesta, en las diversas movilizaciones –algunas pacíficas, otras no tanto– se podían ver carteles con lemas como «Fujimori nunca más», «PPK corrupto y abusivo» y «el indulto es un insulto».
Además, tras ello los niveles de aceptación del actual mandatario descendieron enormemente. Según los datos más recientes de la encuestadora Ipsos, la desaprobación a la gestión de PPK subió de un 70 % a un 75 % en el mes de febrero, mientras que el 54 % de las personas abordadas consideran que el mandatario debe renunciar a su cargo.
Pero no fueron solamente los habitantes del país sudamericano quienes protestaron por esa polémica decisión, hasta los colaboradores del Gobierno y legisladores rechazaron el indulto.
Pocos días antes de que ello ocurriera, Kuczynski se salvó en el Congreso peruano de la destitución, que era exigida por la oposición alegando «permanente incapacidad moral», debido a sus vínculos con la empresa brasileña Odebrecht (investigada por corrupción).
Precisamente el Jefe de Estado salió ileso del golpe gracias a los votos de una facción del fujimorismo, encabezada por el hijo del exmandatario, Kenji Fujimori, y contraria a la que adoptó su hermana Keiko, rival de PPK en las últimas elecciones presidenciales en la nación.
Tras todos estos hechos, el mandatario decidió trabajar en la conformación de un gabinete ministerial de la reconciliación (de ahí el nombre del 2018: «Año de Diálogo y la Reconciliación Nacional»).
Sin embargo, las aguas continúan revueltas para el mandatario, pues ahora las bancadas de los partidos Frente Amplio y
Nuevo Perú realizarán dos nuevos pedidos de destitución para PPK, los cuales deben ser firmados por al menos 26 parlamentarios para iniciar un debate en el Congreso.
Las causas son las mismas: el perdón presidencial concedido a Fujimori, así como su posible implicación en el escándalo de Odebrecht, firma investigada en el país sudamericano por financiar las campañas presidenciales de Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala.
Las acusaciones contra Kuczynski, quien niega su participación en cualquier acto de corrupción, se refieren a unos pagos que recibió cuando se desempeñaba como Ministro de Economía y Finanzas y presidente del Consejo de Ministros, durante el gobierno de Toledo.
Pero más allá del indulto y de las acusaciones por corrupción, el mandatario peruano es criticado por no «hacer nada» desde su llegada al poder, por lo que muchos consideran que su presencia en el cargo se ha vuelto prescindible.
COMENTAR
Miguel Angel dijo:
1
23 de febrero de 2018
03:49:26
Amaya dijo:
2
23 de febrero de 2018
07:55:47
JUAN MENDOZA dijo:
3
26 de febrero de 2018
04:00:30
adn Respondió:
26 de febrero de 2018
17:27:47
adn Respondió:
26 de febrero de 2018
17:37:32
Adn dijo:
4
26 de febrero de 2018
17:55:13
Miguel Angel dijo:
5
27 de febrero de 2018
04:02:44
Responder comentario