
(Versiones Taquigráficas-Consejo de Estado)
Distinguidos miembros de la Asamblea de la OECO:
Los aquí reunidos en esta Tercera Sesión de la Asamblea de la OECO nos sentimos muy honrados con la presencia de nuestro querido amigo Raúl. Sus sabias palabras, sus expresiones de solidaridad con nuestra civilización caribeña, incluidos los componentes representados por la Organización de los Estados del Caribe Oriental y su compromiso continuado, a nombre de la Cuba revolucionaria, son una inspiración profunda para nosotros.
Pero lo más revelador es que nuestro querido amigo y compañero Raúl no solamente nos ha inspirado en el sentido de dar ideas memorables y grandes ante nosotros, sino que también nos ha evocado en el sentido de lo que es noble y justo en nosotros, a veces teniendo una nobleza y una bondad que nosotros en nosotros mismos no habíamos visto, conocido o comprendido antes.
En realidad, desde la elección de Su Excelencia para el cargo de Presidente de Cuba, el Comandante revolucionario, el General de Ejército Raúl Castro no solamente ha sido un continuador del incomparable e invicto Fidel, sino que ha ampliado nuestro sentido de las grandes posibilidades que tenemos ante nosotros, incluso, al comprender nuestros retos y limitaciones actuales posibles.
En la Biblia hebrea, en el Libro de las Crónicas se dice de Isacar, tal vez el más modesto de los líderes de las 12 tribus de Israel, que su mayor virtud era que conocía el momento y actuaba en consecuencia.
Karl Marx, el guía revolucionario de Fidel y Raúl, escribió acertadamente en el libro El XVIII Brumario de Luis Bonaparte, lo siguiente: Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen justo según sus deseos, no la hacen bajo circunstancias escogidas por ellos mismos, sino en circunstancias directamente derivadas, dadas y trasmitidas del pasado.
Así los grandes hombres hacen la historia, pero solo en la medida en que las circunstancias de la historia les permiten hacerla.
Si bien Raúl es demasiado modesto para aceptarlo, él es por sus ideas y sus hechos un hombre así, él es un ejemplo extraordinario de un liderazgo poco común. Nos sentimos honrados y complacidos de tenerlo entre nosotros hoy. Y, señor Presidente, damos las gracias a Dios por su vida y por su existencia (Aplausos).
No escogemos el momento, el lugar o las circunstancias en que nacemos, y en el Caribe no hemos determinado la ubicación geográfica de las tierras originarias nuestras, no estamos en el estrecho de Taiwán ni en Vladivostok, estamos donde estamos. No vinimos al mundo sin un pasado o sin una historia, y las posibilidades de nuestra historia y de nuestro presente se imbrican en la tradición de todas las generaciones pretéritas que, con mucha frecuencia, pesa como una pesadilla sobre el pensamiento de la vida. Lo presente contiene el pasado, que tratamos de alterar para bien. Por lo tanto, de todos los tiempos, solo el futuro es lo que podemos profanar.
La Cuba revolucionaria, Fidel y Raúl nos han enseñado a evitar la profanación del futuro, un futuro que nos pertenece si aceptamos que una mejor vía siempre es posible. Cuba es y siempre ha sido parte de nuestra civilización caribeña.
Como nosotros asumimos la ciudadanía, hemos sido celosos en la defensa de nuestra independencia y soberanía.
Nosotros no aceptamos ninguna interferencia no pedida en nuestros asuntos internos, estamos comprometidos con la democracia y con el disfrute por nuestros pueblos de sus libertades. Luchamos por la justicia y nuestra región es una zona de paz.
Raúl indicó en su discurso que Cuba ve estas cosas y las ama.
Señora Presidenta:
Antes del triunfo de la Revolución Cubana en enero de 1959, miles de nacionales de todo el Caribe emigraron a Cuba para trabajar; mi propio abuelo paterno emigró a Cuba desde San Vicente por un período de dos años para trabajar como cortador de caña en la provincia de Oriente, a finales de los años veinte. Santiago de Cuba tenía muchos nacionales del Caribe, sobre todo de Jamaica y Haití. En su infancia, Fidel y Raúl conocieron a muchos de ellos. Los hijos de estos emigrantes caribeños están presentes en toda Cuba hoy, y muchos de estas familias recientemente han regresado para visitar o para vivir en los países de sus antepasados. Es algo bello que está sucediendo (Aplausos).
Como Gaston Browne, primer ministro de Antigua y Barbuda, dijo –y estoy de acuerdo con todo lo que dijo–, estos vínculos personales previos a 1959 terminaron posteriormente debido a la política intensa de la Guerra Fría, particularmente en el período de 1962 a 1972. Entonces vinieron los titanes, los titanes políticos: Barrow, Burnham, Manley y Williams. Ellos, que eran valientes y osados en la defensa de nuestra independencia, nuestra soberanía y nuestra civilización, establecieron relaciones diplomáticas con Cuba. Posteriormente, cuando los países se tornaron independientes siguieron ese ejemplo.
En el 2002 Fidel, en ocasión de la apertura de la Cumbre Caricom-Cuba, expresó que, con el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre
Cuba y los cuatro de Caricom, y cito: «Ellos estaban creando el camino para lo que sería después una política exterior de la Comunidad del Caribe, caracterizada por tres rasgos principales: independencia, valentía y acción mancomunada».
Les digo a todos los líderes hoy aquí y a usted, compañero Raúl, que les garantizo que los que somos primeros ministros hoy no somos menos primeros ministros que Barrow, Burnham, Manley y Williams (Aplausos). La justeza de nuestra causa ha triunfado sobre aquellos que querían hacernos de nuevo juntar nuestros países según su imagen y semejanza y sus intereses.
Señor Presidente:
No ha sido un camino fácil para nosotros, hemos enfrentado muchos retos. Usted sabe, cuando Burnham, de Guyana, permitió a los aviones cubanos que se repostaran en su camino hacia Angola, la historia tiene escrito que esto se hacía para impedir el gobierno blanco en Angola y luchar contra el de Sudáfrica, y nosotros y Cuba estábamos apoyando y teníamos a los ángeles de nuestro lado, aunque tuvimos dificultades (Aplausos).
Había una gran dificultad en octubre de 1976, cuando los terroristas, con el apoyo de la Agencia Central de Inteligencia –y esto es un hecho documentado–, organizaron e hicieron volar una aeronave de Cubana de Aviación cuando estaba despegando de Barbados. En ese incidente murieron 73 personas, incluidos cubanos, guyaneses y norcoreanos. Hoy los recordamos, y vuestra presencia nos fortalece en ese recuerdo.
Y, por supuesto, la revolución granadina, se culpó injustamente a Cuba de hacer la revolución allí, y los culparon también de poner fin a esa revolución, erróneamente. ¿Quién en su sano juicio hubiera alguna vez pensado que el
desorden infantil que precipitó el colapso de la revolución granadina puede haber venido alguna vez de Cuba?
En 1993 el Caribe se enfrentó a una resolución de Estados Unidos de una comisión conjunta. Hubo una carta del Secretario General del Caricom a Estados Unidos, en agosto de 1993, para escribirles a los congresistas y a la administración que estaban presionando, porque querían que no firmáramos este acuerdo con Cuba en aquel momento, y querían que se incluyera una cláusula en el acuerdo que decía: «los derechos humanos». Y esta fue la respuesta del señor Carrington, y cito –esta es la primera oración–:«La relación básica que la Comunidad del Caribe y sus Estados miembros mantienen con Cuba, y que no se piensa cambiar, puede verse a la misma luz que aquellas que existen actualmente entre Cuba y otros países del hemisferio como Canadá y México».
Hoy, si se escribiera esa carta, muchas personas de la Conferencia se irían y dejarían a un lado esta cláusula, y no se propone un cambio. El Caricom se mantuvo firme y no aceptó las amenazas de Estados Unidos. Esta es una lección para los que instantáneamente se debilitan cuando, sencillamente, el perro del imperialismo empieza a ladrar (Aplausos).
He vivido para ver la justeza de la posición del Caricom y la OECO en relación con Cuba, y vimos que se creaban las condiciones para el Acuerdo del 17 de noviembre de 2014 entre Obama y Raúl Castro en que se anunciara el proceso de la normalización de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos; creamos el camino y hubo un ritmo.
Desafortunadamente, la administración estadounidense actual busca deshacer los primeros pasos tomados por Obama en este sentido.
Algo está claro, queridos amigos, querido amigo y compañero Raúl: nosotros en el Caricom y la OECO no permitiremos que las políticas presidenciales en el sur de la Florida y los intereses geopolíticos del ala completamente irracional del imperialismo moderno nos detengan o nos desvíen respecto a la consolidación y el fortalecimiento de nuestras relaciones con Cuba (Aplausos).
A nombre de la OECO expreso mi agradecimiento a la Cuba revolucionaria, su gobierno y su pueblo por todo lo que han hecho con nosotros y por nosotros. Nosotros en San Vicente y las Granadinas estamos particularmente agradecidos. Nuestra gratitud, en parte, es evidente por la colocación en un lugar prominente del aeropuerto internacional de Argyle, en San Vicente y las Granadinas, de una gran foto de Fidel. Sin Cuba, sin Fidel, sin Raúl, el aeropuerto internacional de Argyle no habría sido construido. Nuevamente, gracias por esto y por más.
Querido amigo y compañero:
Continuamos rezando por vuestra larga vida y felicidad. Le damos las gracias, de nuevo, por estar con nosotros y le deseamos lo mejor a usted, a su familia y al pueblo de Cuba.
Gracias (Aplausos).















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Miguel Angel dijo:
1
11 de diciembre de 2017
03:09:14
Radames Campoalegre Powell dijo:
2
11 de diciembre de 2017
06:37:07
Mariamat dijo:
3
11 de diciembre de 2017
07:18:42
Joel Ortiz Avilés dijo:
4
11 de diciembre de 2017
11:50:42
Heem Gondes dijo:
5
11 de diciembre de 2017
12:24:10
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