ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El hundimiento del barco Itata sucedió el 28 de agosto de 1922. Foto: Reuters

Si el Itata, buque a vapor que viajaba a probar suerte en la industria del salitre y naufragó con 400 pasajeros a bordo, hubiese sido hallado antes, seguro ya tendría la atención de todos, e incluso su propio filme.

Pero no fue así. Un grupo de exploradores encontró hace apenas una semana los restos de la embarcación, que naufragó hace 95 años, en la costa de Coquimbo (ciudad portuaria de Chile).

«Podríamos asegurar que este hallazgo constituye el más importante en materia de patrimonio subacuático», señaló a la prensa el cineasta y biólogo marino de la chilena Universidad Católica del Norte (UCN), Carlos Cortés.

Cortés, quien fue uno de los primeros miembros en enrolarse en la expedición, explicó que dedicaron años de investigación y búsqueda, de ahí que el hallazgo sea un gran logro.

«Lo que sigue es lanzar nuestro documental, terminar de tramitar los permisos de monumentos nacionales para hacer el levantamiento arqueológico y buscar la financiación para la realización de una película», agregó.

Hace algunas semanas, de acuerdo con Cortés, el grupo de investigadores de la UCN y el director de Ciencias de Oceana, Matthias Gorny, experto en el manejo de vehículos operados a distancia por un operador y utilizados en este tipo de faena, habían localizado el punto de hundimiento, pero sin dar con los restos del barco.

Hasta que la historia les sonrió y, a 200 metros de profundidad, el robot submarino mostró las primeras imágenes que confirmaban que se trataba del Itata.

Por su parte, el secretario de investigación de la Facultad de Ciencias del Mar de la UCN, Javier Sellanes, enfatizó que el descubrimiento también abre un enorme abanico de posibilidades de investigación, desde la arqueología submarina y la antropología, hasta la biología marina.

Además, tenemos el factor tiempo porque no fueron días, ni meses los empleados en lograr tal descubrimiento, sino siete años, en los que Cortés junto al productor audiovisual Ricardo Bordones iniciaron esta investigación.

«Primero reeditamos un libro de uno de los náufragos del Itata, y con el tiempo fuimos encontrando más antecedentes, con el apoyo de la UCN, la Armada de Chile, la ONG Oceana, el Consejo de la Cultura, la municipalidad de la localidad de La Higuera, las empresas Sacyr y TPC», señaló Bordones.

Pero dar con el Itata era crucial para cerrar esta historia, la cual suma nuevos atractivos turísticos a la región de Coquimbo, reconocida mundialmente por su riqueza natural y por su reserva nacional Pingüino de Humboldt, un sitio privilegiado para el avistamiento de cetáceos y aves marinas.

No obstante cabe resaltar que dicho naufragio fue la mayor tragedia naval en la historia de Chile y una desdicha para sus habitantes, pues significó la muerte de 374 personas, incluso familias enteras.

El hundimiento del barco sucedió el 28 de agosto de 1922, fecha que pasó completamente desapercibida y que hoy revive por la casi inevitable comparación con el trasatlántico británico, que también transportaba pasajeros de primera y segunda clase.

De ahí el símil.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.