La salida o mejor dicho el abandono por parte del gobierno estadounidense de Donald Trump de su afiliación a la Unesco, puede calificarse de un «adiós a la lógica».
Tanto el argumento de Washington relacionado con el reconocimiento de esa institución de la ONU al pueblo palestino –sufrido y masacrado durante décadas por los gobiernos de Israel con el apoyo incondicional de Estados Unidos–, como el cuestionamiento al desempeño de la institución, lejos de contar con un razonamiento creíble, son parte de una política errada con la que se quiere dar la última estocada al mundo multipolar a favor del hegemonismo estadounidense.
De esas mismas cabezas que dirigen hoy la nación norteña, salió la bofetada que Trump dio a la comunidad internacional, incluido a su propio pueblo, cuando optó por abandonar los Acuerdos de París sobre Cambio Climático aprobados por la generalidad de los estados hace poco más de dos años.
Es muy difícil entender cómo es posible que una nación sea presa de los delirios más retrógrados de una
administración que, lejos de hacer valer la lucha por la paz, por el desarrollo, por calmar los azotes ya visibles del clima, por contribuir a los planes de educación, ciencia, cultura, necesarios para un mundo mejor, opte por desafiar la cordura y actuar de manera tan irresponsable.
Otras acciones en este mismo sentido ya han sido anunciadas por el propio Trump.
También se propone abandonar el Acuerdo Nuclear con Irán, alcanzado en el 2015 por el Grupo 5 más 1 (Estados Unidos, Francia, China, Rusia y Gran Bretaña, más Alemania) que tuvo una buena acogida a nivel mundial por constituir un verdadero avance en un tema tan peligroso como todo lo que tiene que ver con las armas nucleares.
Para nada importa a quienes dirigen la Casa Blanca y el Pentágono, que la Organización Internacional de Energía Atómica, organismo encargado de monitorear in situ el cumplimiento por parte de Teherán del citado acuerdo, haya afirmado en todos sus informes que no se evidencia ningún incumplimiento de lo pactado, por parte de las autoridades iraníes.
Oídos sordos de Trump hasta con sus propios socios europeos que se expresan a favor de que el Acuerdo con Irán siga existiendo, pues reconocen la manera transparente y seria con que las autoridades persas cumplen cada uno de los acápites establecidos.
En este caso el magnate inmobiliario al frente de Estados Unidos está jugando con fuego y no parece razonar que de seguir atizando estos asuntos, el mundo estaría cada vez más cerca del apocalipsis.
La salida estadounidense de la Unesco, adoptada este 12 de octubre, constituye una verdadera bofetada a la comunidad internacional, que tiene antecedentes en decisiones similares asumidas por Washington el 31 de octubre de 1984 cuando Ronald Reagan era presidente. Hubo que esperar 19 años hasta que en el 2003 Estados Unidos se reincorporara.
El tema palestino ha sido utilizado indistintamente para «justificar»las decisiones de las administraciones norteamericanas. Primero por el reconocimiento por parte de la Unesco a la Organización para la Liberación de Palestina; luego, en el 2012 por haber aceptado a Palestina como país miembro con plenos derechos, y ahora, bajo el falaz argumento de calificar como «afrenta a la historia» su decisión de declarar al casco antiguo de Hebrón, en Cisjordania ocupada, «zona protegida» del patrimonio mundial.
Tampoco ha sido casual que Israel, el mejor socio y punta de lanza de Estados Unidos en sus guerras de agresión contra naciones del Oriente Medio y otras, haya optado la misma decisión de abandonar la Unesco.
Se ha llegado tan lejos en la irracionalidad y falta de ética en las relaciones internacionales, que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu hasta llegó a calificar a esa institución de Naciones Unidas como un «teatro del absurdo donde se deforma la historia en lugar de preservarla».
Por su parte, la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, afirmó que esta iniciativa de declarar el casco histórico de Hebrón, en Cisjordania, como zona protegida, «desacredita todavía más a una agencia de la ONU ya altamente discutible».
Estos hechos –salida del Acuerdo sobre Cambio Climático, abandono de la Unesco y amenazas reales de echar por tierra el Acuerdo Nuclear 5 más uno con Irán– avizoran una comunidad internacional donde los gobiernos de Estados Unidos dicen adiós a la lógica y optan por hacer añicos la posibilidad de un mundo multipolar.















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Rubén dijo:
1
20 de octubre de 2017
11:07:39
Miguel Angel dijo:
2
21 de octubre de 2017
05:55:42
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