BEIJING.-Desde que el 28 de septiembre de 1960, Cuba y China establecieran sus relaciones diplomáticas, se creó un lazo especial entre ambas naciones.
Meses después de aquella fecha, una delegación encabezada por el Comandante Ernesto Che Guevara llegó a Beijing, como emisaria de la joven Revolución Cubana y para sellar ese incipiente nexo con la República Popular China, fundada 11 años atrás.
Hoy, 57 años después de aquel día, Cuba y China se congratulan de haber construido una relación que no solo es ejemplo para muchos en el mundo, sino también un referente de unión entre dos partidos, gobiernos y pueblos en un sentimiento de hermandad que ha resistido la prueba del tiempo.
Para conversar sobre el estado actual de esos nexos y su proyección hacia el futuro, aceptó conversar con Granma Miguel Ángel Ramírez, embajador cubano en Beijing.
-Este año se celebra el aniversario 57 del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre la República de Cuba y la República Popular China, más de medio siglo después ¿cuál es el estado actual de esos vínculos? ¿Cómo valora usted esta relación de más de 50 años?
-El nacimiento de estos lazos entre Cuba y China tiene como antecedente uno de los momentos más emotivos de nuestra historia, luego de que el dos de septiembre de 1960, durante la Primera Declaración de La Habana, cuando más de un millón de cubanos representando a nuestro pueblo y encabezados por el líder de la Revolución Cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, decidimos reconocer a la República Popular China.
«Con esta acción, Cuba se convirtió en el primer país de todo el hemisferio occidental en reconocer a la nueva China, aun cuando el gobierno ilegítimo de Taiwán ostentaba el asiento de Naciones Unidas. Desde entonces, hemos mantenido unos vínculos de amistad, hermanad y apoyo mutuo que se han fortalecido a través del tiempo.
«Los profundos lazos de amistad entre ambos gobiernos, partidos y pueblos, tienen una sólida base histórica, que se remonta a nuestras luchas de independencia, en la que tuvieron una destacada participación inmigrantes chinos, de cuyo arribo a nuestro país conmemoramos este 2017 el aniversario 170. En ambas naciones hemos recordado este importante aniversario que sentó las bases para la existencia de una comunidad chino-cubana, y la total integración de la inmigración china a nuestra sociedad, formando parte de la conformación de nuestra identidad nacional.
«Nuestras relaciones representan un modelo de cooperación sobre bases de igualdad, respeto y beneficio recíproco entre dos naciones socialistas, con independencia de su extensión territorial y poderío económico.
«Cuba ha mostrado siempre su apoyo inequívoco a la política de una Sola China y el firme rechazo a cualquier acción que atente contra la soberanía y la integridad territorial de esa nación milenaria. También hemos contado con el sostenido apoyo del gobierno y el pueblo chino a la Revolución Cubana, y en particular a la lucha contra el bloqueo estadounidense, una política con un amplio y sostenido rechazo internacional pero que se mantiene intacta e intensifica con la persecución a las transacciones financieras de la Isla en el exterior.
«Durante los últimos años, más de 3 000 estudiantes chinos han estudiado en Cuba mediante un programa de becas del gobierno, que permite a las nuevas generaciones de las provincias menos desarrolladas del gigante asiático graduarse en lengua española, medicina, turismo y educación, entre otros. Al mismo tiempo, se ha elevado el número de estudiantes de esta nación que desean cursar estudios en nuestro país de manera autofinanciada, demostrando la aceptación y la calidad del sistema educacional cubano dentro de la juventud china».
-¿Cómo se pudiera potenciar aún más el intercambio económico entre los dos países?
-En el 2016 china se convirtió por primera vez en el primer socio comercial de Cuba con un intercambio que alcanzó los 2 585 516 millones de dólares.
«Las empresas del gigante asiático se encuentran presentes en la mayoría de los sectores económicos de la Isla, a través proyectos vinculados al comercio exterior, en el cual nuestro país obtiene distintos equipamientos, bienes de consumo, entre otros, o mediante la inversión directa china en el territorio nacional.
«Importantes éxitos hemos cosechado en la promoción de la Inversión Extranjera Directa (IDE) de China en Cuba con proyectos como el de Bello Monte, un plan de bienes raíces asociado a un campo de golf en el que Beijing ha invertido 500 millones de dólares.
«También tenemos previstos varios proyectos de inversión china en la Zona Especial de Desarrollo Mariel y otros muchos más que abarcan prácticamente todas las esferas de la vida económica y social de nuestro país, los cuales significan un impulso sustancial a los intercambios comerciales.
«Cuba trabaja en el proceso de transformación de la matriz energética, para la que se requieren fuertes inversiones a largo plazo tanto en energía eólica, fotovoltaica y orgánica, en los que la segunda potencia mundial debe desempeñar un papel fundamental.
«De hecho ya inició la construcción de lo que será la mayor planta bioeléctrica con inversión y tecnología china, como parte de una aventura conjunta con capital cubano, chino e inglés.
«El éxito y la madurez alcanzada por varias empresas mixtas cubano-chinas evidencian todo lo que podemos lograr con tenacidad, ímpetu y espíritu revolucionario. En ese sentido quiero destacar a la compañía Shanghai-Suncuba, propietaria del hotel Grand Kempinski-Shanghai y a las tres empresas mixtas en el sector de la Biotecnología, radicadas en diferentes puntos de la geografía de este país, que demuestran la fortaleza y el reconocimiento alcanzado por ese sector fundado por el Comandante en Jefe y que es expresión de la orientación estratégica del país».
-Cuba y China poseen muchas visiones compartidas y, desde sus realidades particulares, son dos países que se encuentran en la construcción del socialismo, ¿qué experiencias podrían compartir las dos naciones en este proceso?
-Cuba y China ratificamos la decisión de persistir en la construcción del socialismo en correspondencia con las características propias y bajo la dirigencia de los respectivos Partidos Comunistas. Nos consideramos referentes mutuos en la edificación del socialismo con características propias y sobre esa base llevamos a cabo un amplio y sistemático intercambio de experiencias.
«La Habana está inmersa en un proceso de actualización del modelo económico y social que, bajo el liderazgo del Partido Comunista, ha delineado las bases para el desarrollo a mediano y largo plazos del país, en función de desarrollar un socialismo próspero y sostenible, de acuerdo con nuestras realidades. Las experiencias chinas sobre el proceso de Reforma y Apertura han sido un referente importante en esta etapa, siempre analizando los aciertos, errores y particularidades de cada país.
«Los estrechos vínculos políticos entre ambos partidos comunistas se mantienen y diversifican. Ambas organizaciones se toman como referencia en sus respectivos procesos de construcción socialista con características propias y dirigentes de los dos países han compartido visitas de trabajo y realizado importantes seminarios teóricos, lo que indica el alto nivel de confianza mutua e intercambio que existe».
-Desde su posición como segunda potencia mundial, China trabaja por contribuir, de manera activa, a la estabilidad de la economía mundial, la mitigación del cambio climático y por construir relaciones internacionales de nuevo tipo, ¿cómo valora usted la labor del gigante asiático en ese sentido?
-Sin dudas, China constituye un factor de estabilidad y balance en varios aspectos del escenario mundial. Como potencia emergente, ha estado al frente de la promoción de un desarrollo pacífico del mundo. Su ascendencia como actor clave en un escenario cada vez más globalizado, incluye un mayor liderazgo en la defensa de los derechos de los países del Tercer Mundo, con el G-77+China como muestra más fehaciente de una cooperación entre iguales.
«Su contribución ha sido trascendental en términos de reducción de la pobreza, producción de alimentos, transferencia de tecnologías, lanzamiento exitoso de satélites al espacio, entre otros.
«Más recientemente, la iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda del siglo XXI y el establecimiento del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII) constituyen votos de confianza en el futuro viable de un nuevo sistema internacional.
«El ascenso y fortalecimiento de sus vínculos con América Latina y el Caribe representan otro ejemplo de balance y estabilidad para la región. Estos nexos están en capacidad de rendir mayores frutos, en especial de cara a la venidera II Reunión Ministerial del Foro China-Celac que se celebrará a inicios del 2018 en nuestra región».
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r man dijo:
1
28 de septiembre de 2017
02:31:49
Danai dijo:
2
28 de septiembre de 2017
14:31:22
Miguel Angel dijo:
3
29 de septiembre de 2017
06:02:51
Agustin dijo:
4
29 de septiembre de 2017
08:31:43
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