Europa vive momentos complicados. Las noticias llegadas se entrelazan entre los actos terroristas que provocan muerte y destrucción en sus ciudadanos, el debate sobre la corrupción enquistada en algunos gobernantes de la región, el tema de los más de 100 000 inmigrantes que han llegado en lo que va de año procedentes de países africanos y del Oriente Medio, y –muy importante–, la visa abierta concedida para que Estados Unidos, en calidad de «protector de Europa», llene de armas y soldados a ese territorio donde la situación social se vuelve cada día más difícil.
Se suma a este panorama la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea y los focos separatistas que ganan fuerza según va siendo más compleja la situación social del entorno.
Es en todo este laberinto donde Estados Unidos usa su vieja táctica de pescar en río revuelto y emprende toda su espléndida bondad facilitándole armas para defenderse de Rusia, el enemigo inventado por Washington.
Arrastrar a las naciones del Viejo Continente hacia una posición de confrontación contra Moscú –¡y eso lo saben los gobernantes norteamericanos más que nadie!– equivale a debilitar posiciones propias en cada país y hacerlos presa de un política errada y peligrosa, cuyo único favorecido es el mayor fabricante de armamentos, es decir, el complejo militar industrial estadounidense.
Al respecto vale recordar que el presidente Trump ha elevado en más de un 40 % la cantidad de dinero asignado para la llamada Iniciativa para Reasegurar a Europa.
Tales asignaciones, que tuvieron un monto de 985 millones de dólares en el 2015, superan la cifra de 3 400 millones en el 2017 y asegura 4 800 millones en el presupuesto del 2018.
¿Para qué es este dinero? ¿Cuál es la manera de reasegurar a Europa? ¿Para qué se arma a todo un continente, a miles de millas de Estados Unidos?
Estas y otras muchas preguntas tienen una sola respuesta: Washington necesita vender armas para que su economía crezca y la mejor forma es creando enemigos –en este caso Rusia– y haciendo cada vez más dependientes a gobiernos europeos, muchos de ellos ya involucrados plenamente, en guerras llevadas adelante por fuerzas de Estados Unidos, en Irak, Afganistán, Libia, Siria y otros países.
La información sobre las nuevas y mayores asignaciones para armar a Europa señala que de esas abultadas cantidades de dólares, 2 200 millones se utilizarán para reforzar el preposicionamiento estratégico estadounidense en la región, algo así como los arsenales que, en posiciones de avanzada –más cerca de territorio ruso– posibilitan el despliegue de fuerzas en supuestos teatros de guerra.
Otra asignación, de 1 700 millones será para aumentar la presencia de tropas norteamericanas en toda Europa y fortalecer la OTAN como engendro bélico mantenido como el mayor aliado del Pentágono, no solo en los países del área, sino, como ya se ha demostrado más de una vez, para amenazar y actuar militarmente en cualquier parte del planeta que así lo considere Estados Unidos.
La más clara evidencia de la forma de actuar del imperio y sus aliados, se puso en práctica en Ucrania. Un golpe desestabilizador antirruso, la masacre contra parte de la población que defendía su alianza con Moscú, la imposición de un gobierno rodeado de elementos con posiciones fascistas que han llevado a esa nación al caos gubernamental y la crítica situación social que vive su pueblo.
Pero –no lo olvidemos– el poder mediático al servicio de Washington y de algunos centros europeos, responsabiliza a las autoridades rusas con la situación ucraniana y justifican su actuación con aquello de que Crimea optó, a través de un referendo popular, aliarse a Rusia.
Pero, ¡ojo!, ya Estados Unidos llevó a territorio de Polonia la tercera Brigada Blindada que tenía su base en Fort Carson, Colorado y que integran 3 500 efectivos militares, 2 000 vehículos de transporte, 87 carros de asalto, 18 piezas de artillería motorizada y 144 vehículos de combate Bradley, entre otros.
En estos momentos esa brigada se está desplazando hacia países cercanos a Rusia como Estonia, Lituania, Letonia, Bulgaria, Rumanía y quizá Ucrania.
En suelo polaco quedarán otros miles de militares estadounidenses, garantizándose así una rotación de fuerzas en el mismo posible escenario de operaciones, para intervenir con rapidez, de producirse una guerra con Rusia.
Mientras esto sucede, los nada apacibles mares que separan al continente europeo del africano, son testigos cada día del cruce de miles de emigrantes que ven en las antiguas metrópolis, la salvación ante el hambre, las enfermedades y las guerras.
En lo que va de año son más de 100 000 los llegados a países del Viejo Continente, atravesando el Mediterráneo. Mientras, otros 2 963 han muerto en el mar solo en los primeros seis meses de este año.
Una pregunta que quizá los europeos deben hacerse es la de ¿por qué Estados Unidos, en vez de haber invertido casi 10 000 millones de dólares en armas para «reasegurar» a esos países, no utiliza tales recursos para ayudar a combatir el hambre y las enfermedades de los desesperados seres humanos que se lanzan al mar buscando un horizonte que muchas veces se troncha en el mismo cruce marítimo?
Armar a Europa con el pretexto de defenderla de Rusia es solo un anzuelo que Washington ha lanzado y que ha tomado como presa a un continente que muchas veces ha cedido ante las exigencias imperiales.
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Rogelio dijo:
1
4 de septiembre de 2017
02:01:03
Pavel Respondió:
6 de septiembre de 2017
06:28:23
Andrachi dijo:
2
4 de septiembre de 2017
07:58:26
Pavel Respondió:
6 de septiembre de 2017
06:31:39
Alberto dijo:
3
6 de septiembre de 2017
07:57:24
Alberto dijo:
4
6 de septiembre de 2017
08:02:14
rmontoto dijo:
5
6 de septiembre de 2017
12:23:31
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