Delcy Rodríguez: uno de los rostros femeninos de la política venezolana

Uno de los rostros femeninos de la política venezolana tiene nombre, apellidos, familia, pero, sobre todo, historia. La caraqueña Delcy Eloína Rodríguez Gómez,  conocida en la escena pública como Delcy Rodríguez, lleva sobre sus hombros el peso de las leyendas que repiten el apellido de sus predecesores: ser hija de Jorge Antonio Rodríguez, fundador del partido marxista Liga Socialista, la coloca en el blanco del escrutinio ejercido por la derecha.

No obstante, la graduada de Derecho por la Universidad Central de Venezuela —la más antigua de la nación bolivariana—  se ha convertido por sí misma en una figura de cabecera para la izquierda en su país y en el continente.

También graduada en Derecho Social y en Política por las universidades de París X Nanterre y de Birkbeck, Londres, respectivamente, emergió como rostro político de Venezuela durante el gobierno del líder Hugo Chávez.

En aquel momento, su papel fue un tanto discreto. En el 2003 se desempeñó como Directora de Asuntos Internacionales del Ministerio de Energía y Minas. Sorteó el cargo de viceministra de Relaciones para Europa en el 2005 y entre febrero y agosto del 2006, fue ministra del Despacho de la Presidencia de Venezuela.

Poco a poco, Rodríguez se abrió paso entre sus contemporáneos y el 3 de agosto del 2013, el mandatario Nicolás Maduro la designó como ministra del Poder Popular para la Comunicación e Información de Venezuela.

Un año después, Maduro la ascendió a Canciller o ministra del Poder Popular para las Relaciones Exteriores, en sustitución de Rafael Ramírez Carreño. Era la primera vez que una mujer ocupaba  el cargo en la nación bolivariana. Ella se mantuvo en su ejercicio hasta junio pasado, cuando se postuló a la Asamblea Nacional Constituyente.

Si se trazara una línea que describa la postura de Delcy como política, habría que comenzar por su papel en la 49 Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur, efectuada en diciembre del 2015 en Asunción, capital de Paraguay.

Ya habían comenzado a ascender gobiernos de derecha en el continente. Mauricio Macri dominaba la Casa Rosada de Argentina y, en el contexto de la cumbre, hizo reclamos a Venezuela, con un marcado intervencionismo en sus asuntos internos.

La respuesta de Delcy, en representación de su gobierno, no se hizo esperar. Acusó a Macri de injerencia en los asuntos internos venezolanos, de defender la violencia política por parte de la oposición.

Durante el último año, ante los llamamientos de Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), en sus intentos por aplicar a Venezuela la Carta Democrática de la OEA, ella defendió las acciones internas de la administración de Maduro. Hasta que, en un legítimo acto de defensa, denunció el pasado 17 de marzo en la asamblea de la OEA las intenciones de un informe presentado por Luis Almagro.

De acuerdo con la excanciller, el documento se correspondía con «una estrategia compleja de intervención con consecuencias a mediano y largo plazos, que se orquestaba en conjunto con los gobiernos de derecha del continente».

A sus 47 años Delcy le ha puesto otro rostro femenino a la política venezolana y le ha inyectado «sangre» a su quehacer.

Ahora, la Presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente enrumba su camino junto al del pueblo venezolano que cree en un proyecto social incluyente. Así lo inspiró el líder Hugo Chávez.