HANOI.–A 6,8 %, una cota de lujo en estos tiempos más de desaceleración que de velocidades, aspira a crecer la economía vietnamita en el 2018, comentan por estos días con discreto regocijo medios locales de prensa.
La agencia de noticias VNA, verbigracia, glosa una reciente directiva del primer ministro Nguyen Xuan Phuc, según la cual el alcance de esa y otras metas económicas pasa indefectiblemente por la lucha contra el despilfarro y el milimétrico conocimiento de las misiones por parte de cada institución.
Por ambiciosa que parezca aquella cifra, Vietnam está en condiciones de alcanzarla, pues en los últimos años la ha estado rondando a despecho del desfavorable escenario internacional y de factores de origen natural como inundaciones, sequías e intrusiones salinas en importantes porciones de su territorio.
En el 2016, por ejemplo, el Producto Interno Bruto (PIB) creció 6,21 % y este año debe trepar hasta el 6,7 %. Guarismos de envidia que ya quisieran para sí naciones de cualquier latitud.
Se dice rápido, pero llegar hasta aquí no ha sido fácil. Bien lo comprenderán los países que no han tenido un destino tan duro.
Tras ser arrasado en una guerra en la que Estados Unidos le lanzó más de 260 millones de bombas (media tonelada de explosivos por habitante), la nación indochina expulsó al agresor, lamió sus heridas y emprendió un camino inédito hacia el desarrollo.
Vietnam está en transición hacia una economía abierta desde 1986. A la sombra del Doi Moi o política de renovación, el país cosecha notables avances en diversos sectores y, de subdesarrollado, se convirtió en una nación en desarrollo y de ingresos medios.
En ese contexto, el primer ministro Nguyen Xuan Phuc, urgió a recortar gastos innecesarios y plantillas infladas, a reorganizar el aparato administrativo y a crear fondos destinados al mejoramiento del salario de los trabajadores.
Demandó, asimismo, priorizar los programas nacionales enfocados en la reducción de la pobreza, a crear más puestos de trabajo, a estimular el progreso agrícola y el desarrollo de las áreas apartadas y a usar en mayor cuantía los adelantos de la ciencia y la tecnología.
Estimulado por el Doi Moi, el país mantiene un paso impresionante en el alza del PIB, la reducción de la pobreza y el mejoramiento del nivel de vida de la población.
Su entrada a la Organización Mundial de Comercio (OMC) en el 2007 y su filiación a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) lo han llevado a una plena integración en el comercio mundial, con una paulatina reducción de aranceles.
Por otra parte, la liberalización de determinados sectores también le permite beneficiarse de un apreciable flujo de inversiones extranjeras, claves para la industrialización.
Vietnam, en suma, tiene todas las cartas para seguir creciendo a un ritmo frenético. Y tiene más que demostrado que las sabe jugar. (PL)
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Rogelio dijo:
1
19 de julio de 2017
04:28:02
Efrén Respondió:
21 de julio de 2017
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Manuel Betancourt barbiel dijo:
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19 de julio de 2017
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Cusa dijo:
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19 de julio de 2017
10:51:33
Alberto S. dijo:
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19 de julio de 2017
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Julio César dijo:
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19 de julio de 2017
12:08:15
Orlando Chirino dijo:
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19 de julio de 2017
13:35:40
hx dijo:
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19 de julio de 2017
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Santiagodelawton dijo:
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19 de julio de 2017
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Ramon pacheco dijo:
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19 de julio de 2017
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Carlos Respondió:
23 de julio de 2017
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20 de julio de 2017
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20 de julio de 2017
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JoseC Respondió:
23 de julio de 2017
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Alberto S. dijo:
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22 de julio de 2017
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