
MIRANDA, Venezuela.–Casi todo el tiempo de este encuentro la especialista en Medicina General Integral Diamellys Rodríguez Arcia, de 28 años, lo vivió emocionada.
Nacida en la provincia de Guantánamo y residente actual en la de Holguín, está hoy al frente del Centro de Diagnóstico Integral (CDI) Mamá Pancha ubicado en el municipio Cristóbal Rojas, Parroquia Charallave.
Desde que llegó el 26 de junio del 2014 cumple con una misión que le ha cambiado la vida. Su primera etapa fue en una Base de Misiones, lugar que ella califica de «impactante». Entonces, la construcción donde debía laborar estaba todavía en los cimientos. De modo que sus primeras consultas las hacía en las salas de algunos pacientes.
Diamellys participó en todo lo que quedaba pendiente para terminar la Base de Misiones. En agosto del 2014 se mudó definitivamente al lugar; y en esa comunidad extremadamente pobre permaneció hasta octubre del 2016.
–¿Qué es una Base de Misiones?
–Es una estructura que cuenta con consultorios, con un salón donde se realizan otras actividades también con la ayuda de los colaboradores; es el espacio donde deben interrelacionarse todas las misiones que laboran en el territorio en pos del bienestar de la comunidad y de mejorar las condiciones de salud y de educación de los habitantes.
«Actualmente casi todas las Bases de Misiones del país están siendo conducidas por médicos venezolanos. Recordaré siempre la que me tocó. Yo era una recién graduada».
–¿Qué encontraste allí que no habías visto?
–Mucha pobreza, enfermedades con las que no había lidiado en Cuba más que en libros, personas viviendo en situaciones muy difíciles, en casas con condiciones estructurales pésimas. Y en medio de ese panorama, numerosos pacientes agradecidos. Eso fue lo mejor de todo: el apoyo, el encuentro de costumbres distintas, las mías y las de ellos.
«Hicimos intercambios hasta de lenguaje. Una vez que me instalé en la Base de Misiones para tratar de modificar el cuadro de salud, mi razón de ser allí se hizo un poco más fácil por la manera en que me acogieron los pobladores.
«Llegó el momento en que yo conocía a todos los del lugar. Cuando alguien llegaba al consultorio y yo no lo había visto le comentaba con seguridad: “Tú no eres de por aquí…”. Hubo un grado de familiaridad muy grande, y esas personas se convirtieron por dos años y algo más en mis familias».
La joven doctora todavía se ve caminando aquel primer paisaje que le asignaron para desplegar su labor. De todo aquello sobresale la inquietud de un niño que se puso a conversar con ella, que fue el primero en brindarle su casa, que nunca había visto un médico en sus tres años de vida. El pequeño condujo a Diamellys con los suyos, quienes se convirtieron, como ella dice, en su primera familia en Venezuela.
Otro niño le robó el corazón de modo especial. Un día llegó él a la consulta. Por los síntomas que presentaba la aplicación de un antibiótico resultaba urgente. La doctora tuvo que suministrarle penicilina durante una semana. «Cada 12 horas –evocó– tenía que pincharlo. Cuando él me conoció decía que yo era su novia, pero durante esa semana de inyecciones ni me miraba. Cuando el tratamiento llegó a su fin volví a ver al niño cariñoso del primer día; y lo más importante: un paciente que ya estaba a salvo».
–¿Cómo calificarías al pueblo venezolano?
–El pueblo de Charallave, que es el que yo he conocido, es de personas muy luchadoras, trabajadoras, profundamente chavistas, colaboradoras. Cuando trabajaba en la Base de Misiones siempre se mostraban muy colaboradores, sabían que le estábamos dando una ayuda infinita y lo reconocían como tal, porque un médico en esa zona era algo nunca visto.
«Le tienen gran confianza a los médicos cubanos. Siempre nos buscan, como también buscan a los venezolanos formados en la escuela de la medicina nuestra».
Para Diamellys Rodríguez la oportunidad de trabajar en tierra de Bolívar ha sido el camino de madurar sensiblemente: «Uno aprende a valorar más lo que tiene; y lo que tengo no tiene precio. Trato de que todo lo que aprendí de cuna, todo lo que uno tiene muy arraigado, como servir al prójimo, sea una fortaleza a compartir con los hermanos de este país.
«Lo otro que he aprendido es que la gente puede ser buena, y siempre mejores de lo que ya son. Siempre hay que trabajar por sembrar valores en la conciencia».
–¿Algún mensaje para Cuba?
–Que no vamos a dejar solo al pueblo venezolano, porque los amigos lo son en las buenas y en las malas. Que estaré dando lo mejor de mí, pues para eso estudié, y porque ayudar a otros es el mejor legado que podemos hacer a la humanidad.
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Luís Guillermo dijo:
1
4 de julio de 2017
08:29:11
Dra. Diamellys Rguez Arcia Respondió:
4 de julio de 2017
21:59:54
manuel dijo:
2
4 de julio de 2017
11:21:14
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4 de julio de 2017
22:01:21
Lety dijo:
3
4 de julio de 2017
12:09:22
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4 de julio de 2017
22:01:42
Rogelio Enrique Suárez dijo:
4
4 de julio de 2017
15:36:08
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4 de julio de 2017
22:04:07
Tamara Rodriguez Rodriguez dijo:
5
4 de julio de 2017
16:00:12
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4 de julio de 2017
22:07:25
Fidel dijo:
6
4 de julio de 2017
18:00:31
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4 de julio de 2017
22:15:21
Pablo GONZALEZ dijo:
7
4 de julio de 2017
18:38:48
Manuel dijo:
8
4 de julio de 2017
19:59:25
Manuel dijo:
9
5 de julio de 2017
05:20:23
Mayelin Ramos dijo:
10
7 de julio de 2017
10:17:07
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