ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
La escalada de las tensiones y el despliegue militar estadounidense desde Siria a la península coreana, amenazan la estabilidad internacional. Foto: AP

Áyax pensaba que merecía más que nadie las armas de Aquiles. Pero el ejército argivo que asolaba Troya decidió que Odiseo era el heredero por antonomasia del semidios. Ciego de ira y frustración, Áyax tomó su espada y desató una indescriptible matanza entre los aqueos. De la misma forma, azuzado por la ceguera, la desilusión y el apremio, la maquinaria belicista estadounidense y sus aliados le han dado otro espaldarazo al terrorismo mundial y, de paso, sembraron más espinos en el ya tortuoso y accidentado camino hacia la paz en Siria.

Varios analistas han destacado el ataque con misiles a una base aérea siria del pasado 6 de abril como un ejemplo del desatino previsible, pues la estabilidad, la sobrevivencia del gobierno democrático de Bashar al Assad y la guerra contra el terrorismo no aparecen en la agenda de las potencias. Entonces, la respuesta fue cantada: el lanzamiento de una superbomba sobre Afganistán y un nuevo paso agresivo de la aviación israelí.

Parecerá increíble, pero ninguno de estos «ingenios» de la destrucción cayeron sobre territorio «enemigo», sino sobre la propia Casa Blanca, dejándola maltrecha, impotente ante el intento fallido por acallar las críticas, camuflar la nulidad de sus operaciones militares contra el Estado Islámico (EI), aplacar las dudas de los halcones del stablishmen y de los aliados —sobre todo hebreos— además de intentar una demostración de fuerza para «mantenerse» en el top ten de la porfía global.

EE.UU. la tiene difícil: El Ejército Árabe Sirio, con el apoyo logístico y estratégico de la «pérfida Albión» —discúlpenme, quise decir Rusia— y el respaldo irrestricto de su pueblo, ha asestado derrotas demoledoras a los mercenarios del EI. Por si fuera poco, las acciones militares y diplomáticas de Rusia han sido muy efectivas, robándole el protagonismo a la coalición occidental que no termina de colimar objetivos de poca monta y aumentar la cifra de «daños colaterales». Los «geniales» bombardeos movilizaron a los rusos y la condena general.

Pero el gran gendarme no puede ser actor de reparto, aunque la acción del presidente norteamericano haya quedado en el aire. Estados Unidos respondió efusivamente «a un artero ataque químico del gobierno sirio contra la población indefensa». Lo que no podía prever era que, de los 59 disparados, al menos 23 cayeron fuera de rango y mataran a nueve inocentes, entre ellos cuatro niños. ¿Impericia? ¿Ineptitud? ¿Necedad? Charlatanería, apatía, indolencia. Pero los acreedores son siempre insaciables y junto a la súplica de los terroristas sirios de mayores operaciones militares, apareció el cuestionamiento nada implícito del premier turco Recep Tayyip Erdogan: el ataque fue una acción positiva, pero insuficiente. ¡Dime tú!

¿Qué se logró, entonces? Absolutamente nada. Rusia suspendió el memorándum de cooperación con EE.UU. en materia militar, anunció que reforzará la protección de las bases aéreas sirias con más complejos antiaéreos (dígase los S-300, S-400, Buk, Tor y Panzir) e hizo zarpar a algunos buques de guerra. En Corea, por su parte, la tensión va subiendo, con un peligro latente de guerra nuclear y más cartas en contra que a favor si estalla una conflagración, que pudiera ser pírrica para EE. UU. y sus seguidores en el sudeste asiático, sobre todo cuando China, no digamos ya Rusia, no permitirá que el cerco se cierre demasiado cerca de sus fronteras estratégicas.

Políticamente, Estados Unidos ha sacado a la luz la complicidad de su gobierno con los opositores sirios y no solo con los moderados. Además, le dio luz verde a su aliado —Israel— para que volviera a bombardear posiciones del ejército sirio, para «evitar» que otro de sus archienemigos, el movimiento libanés Hizbulá, se armara de pertrechos modernos.
Ya no importa que los pretextos sean baladíes, increíbles. La suerte está echada. El abusador busca cualquier razón que aleje la atención sobre su debilidad y oponerse con fuerza resulta una movida disuasoria ante cualquier «desliz»; algo que no ha pasado desapercibido ni para Corea, ni para Irán ni tampoco para el propio gobierno sirio.

Aunque solo se reportaron daños materiales, según la agencia Sputnik, la acción aérea sionista coincidió con un intento terrorista de infiltrar posiciones militares del país levantino, tornándose a las claras, como el bombardeo de sus «padrinos», en un apoyo táctico indiscutible, tratando de ganar el aire para sustentar las acciones terroristas, básicamente apoyadas en acciones terrestres y encubiertas.

El gobierno de Al-Assad se mantiene firme, pero no ha podido evitar que estos hechos provoquen un repunte en las acciones del enemigo. Estos, que sí utilizan gas tóxico sin control, como en Mosul otra vez este 16 de abril, se mostró envalentonado al perpetrar el día anterior un monstruoso atentado al oeste de Alepo contra una concentración de miles de desplazados que continuarían viaje hacia zonas controladas por Damasco. Alrededor de 126 muertos, 13 mujeres y ¡68 niños! Con falacia, según testigos solo citados por la oposición, el auto que estalló cargaba alimentos y «venía del lado controlado por las tropas gubernamentales». ¡No me digas!

Así, continúa resonando el lenguaje de las bombas, convertidas en un aquelarre de amagos que alimenta el odio y la violencia, ante el nerviosismo y la impaciencia de los que no ven los avances esperados.

De nuevo se hace una movida en el tablero mundial que pone en ascuas una paz cada vez más endeble y extender la guerra contra los verdaderos objetivos (Rusia, China, Irán) y no contra el hambre, la pobreza, el femenicidio, el racismo, la xenofobia. Siguen los hilos en manos de muñecos ligados a la mascarada y no al liderazgo. Cuando Áyax comprendió que Atenea lo había obnubilado y perdió el honor masacrando vacas, se suicidó para lavar con sangre el descrédito.

Desafortunadamente, serían pocos los poderosos que ahora teman bajar al Hades con el peso de la deshonra.

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Miguel Angel dijo:

1

27 de abril de 2017

05:27:08


Me atrevo a calificar el trabajo periodístico de Rodolfo Zamora Rielo de excelente, sus argumentos son sólidos, irrebatibles, desenmascara el filibusterismo e infamias del imperio yanqui y sus satélites incondicionales, las sucias y engañosas maniobras, q no convencen a nadie con un nivel medio de raciocinio e información. Su empeño está bien claro, rescatar protagonismo en la escena internacional, atizando el fuego de la guerra y colocando a la humanidad al borde del abismo.

ANGEL VELAZQUEZ dijo:

2

27 de abril de 2017

08:20:14


Se entiende el símil, pero Ayax no masacró a los aqueos. Confundió a un rebaño de ovejas con Odiseo y Agamenón y las mató a todas. Atenea misma había creado la confusión, pues era el único que no imploraba el favor de los dioses. Cuando se dio cuenta de lo hecho, Ayax se suicidó.

Rodolfo Zamora Rielo Respondió:


5 de mayo de 2017

17:56:00

Estimado, tiene usted razón, pero si lee cuidadosamente, verá que es lo que escribí. Al principio conté la matanza entre los aqueos porque fue eso lo que el creyó. Al final del artículo digo que se cercioró de eso y se suicidó cuando comnprendió que Atenea lo había obnubilado. Por eso también el trabajo se titula ...la ceguera de Áyax. Gracias por su comentario

Homero dijo:

3

27 de abril de 2017

09:42:32


Argivo significa "nativo de Argos", una de las ciudades estado. Esta mal usado en este contexto, porque el ejercito "que asolaba Troya" tenia soldados de casi toda Grecia. De hecho es un consejo de lideres el que decide darle la armadura a Odiseo, no el ejercito griego en masa. La matanza de Ajax no fue contra el ejercito aqueo, sino contra el ganado que este tenia para su subsistencia. Ya en el uso de la palabra "antonomasia" ni me voy a meter. Un saludo.

Rodolfo Zamora Rielo Respondió:


5 de mayo de 2017

18:06:17

Según su tocayo, el poeta ciego, argivo es una de las formas con que se nombran a los aqueos, también dánaos, en la Iliada, incluso, todavía no se puede decir que en la época en que supuestamente ocurrieron los hechos existieran "ciudades-estado" pues es una categoría de la Grecia clásica y la Iliada trata de la etapa creto-micénica o arcaica, no obstante, existían ciudades como MIcenas y Argos que agrupaban en mayor poder. Por eso, Agamenón era el rey micénico y Néstor, el de Argos, pero interesante, incluso Agamenón habla de "regresar al trono de Argos", eso es un símbolo de poder. Tampoco se puede hablar de Grecia o de Hélade en esa época, pues no había criterio, noción de nacionalidad, aunque las costumbres y contactos culturales los hacían muy cercanos. Las ciudades que asistieron a Troya o Ilión eran tributarias de Mecenas, la gran potencia y tenían con esta relaciones de dependencia. El consejo de jefes tomaba las decisiones, sosteniendo el báculo para hablar, pero el rey tomaba muy en cuenta el parecer de la “masa” del ejército, la que demostraba su acuerdo o repulsa con murmullos. Así que sí decidía, como en el caso de las armas de Aquiles. Lamento que no “se quiera meter”, como usted dice con la palabra antonomasia, usada en su denotación de que “a una persona o cosa le conviene el nombre apelativo con que se la designa, por ser, entre todas las de su clase, la más importante, conocida o característica”. Gracias por darme la oportunidad con su comentario de volver a estos temas que, desde mis años de alumno en la facultad de Artes y Letras y ahora como profesor, me son tan caros.

Luis dijo:

4

27 de abril de 2017

10:39:41


Muy buen articulo, nosotros demostrando que conocemos y sabemos de las patrañas de los EUU..