WASHINGTON.— Las comunidades de latinos y afronorteamericanos podrían definir al próximo ocupante de la Casa Blanca al salir a votar masivamente en estados claves de la actual campaña presidencial en Estados Unidos.
Cuando comienzan a cerrar los centros de votación en algunas regiones de la Costa Este, los medios de prensa locales reportan una alta participación y largas filas, principalmente en los llamados «estados pendulares», cuyo registro de votación ha alternado entre republicanos y demócratas.
Uno de los más importantes es Florida, donde están en juego 29 de los 270 votos electorales que necesita un candidato para ser elegido presidente. Fue en este estado donde se dio el aún cuestionado recuento de votos que otorgó la presidencia al republicano George W. Bush con una diferencia de poco más de 500 votos sobre el demócrata Al Gore en los comicios del año 2000.
Más de un millón de nuevos latinos se han asentado en Florida desde las elecciones del 2012, aumentando aún más el peso relativo de esa comunidad en un estado que hasta mediados del siglo pasado tenía una composición típica del Sur estadounidense, con mayoría blanca.
Según la mayoría de expertos, los ataques hacia los inmigrantes que ha protagonizado el candidato republicano, Donald Trump, durante la campaña hacen que la participación latina se incremente considerablemente, despertando así a ese segmento de la población que algunos llaman «el gigante dormido».
Si la demócrata Hillary Clinton triunfa en Florida, el desenlace de las elecciones está casi decidido pues dejaría prácticamente sin opciones a su rival republicano.
Los latinos también han ido ganando peso en otros estados pendulares como Nevada, que con seis votos electorales podría ser otro martillazo demócrata sobre la campaña republicana.
En este sentido, la demografía indica que los latinos están aumentando su influencia en las elecciones, ya que es uno de los grupos que crece con mayor rapidez en el país y de los 18 millones que podían votar en 2008, ahora llegan a 27 millones.
Asimismo, entre los 46 millones de electores que emitieron su voto de manera anticipada se registra una asistencia récord de minorías como los latinos y negros, lo que se espera beneficie a Clinton.
El propio presidente Obama hizo un llamado a la comunidad afroamericana para que saliera a votar a favor de Clinton. En los comicios del 2012, el actual mandatario se llevó el 93% de los votos de los negros en Estados Unidos.
La campaña de Trump sigue esperando una respuesta masiva del electorado blanco y sin estudios universitarios, desencantado con el rumbo económico y político del país.
En el complicado sistema electoral estadounidense, el candidato vencedor debe obtener más de 270 votos electorales de los 538 en juego.

Cada estado tiene un determinado número de votos electorales de acuerdo con su población y peso económico. La cifra nunca es menor que el número de sus representantes en el Congreso.
En casi todos los casos, el candidato que obtenga el 50% más uno de los sufragios se lleva todos los votos electorales y el perdedor ninguno. De ahí que exista la posibilidad de llevarse la Casa Blanca y perder el balance de votos a nivel nacional.
NUEVA YORK ES LA CAPITAL DE LAS ELECCIONES
La ciudad de Nueva York, entretanto, se ha convertido en la capital de las elecciones de este año, pues ambos candidatos tienen organizadas sus fiestas de celebración en esa ciudad.
Según la agencia EFE, un gran despliegue de seguridad dominaba la escena frente a la Torre Trump de Nueva York, donde pequeños grupos de partidarios y detractores del candidato republicano a la Casa Blanca esperaban con cierta tensión los resultados electorales.
El magnate, sin embargo, no celebrará su posible victoria electoral allí, sino en el hotel Hilton Midtown, a apenas un par de manzanas de distancia.
Trump mantiene la amenaza de no reconocer el resultado de las elecciones, lo cual levanta las alarmas sobre las posibles reacciones de sus seguidores en caso de un resultado adverso a los republicanos.
Tanto Clinton comoTrump votaron en Nueva York. La candidata demócrata lo hizo en Chappaqua, acompañada por su marido, el ex presidente Bill Clinton.
«Sé la responsabilidad que conlleva esto», dijo al saludar a la gente que esperaba ante el local electoral para verla. «Tanta gente está pendiente del resultado de estas elecciones y de lo que significa para nuestro país, y lo haré lo mejor que pueda si soy lo suficientemente afortunada para ganar hoy».
Por su parte, Trump votó en su local electoral en el centro de Manhattan, donde no fue muy bien recibido.Decenas de personas lo abuchearon cuando llegó junto a su mujer Melania y su hija Ivanka acompañado por agentes del servicio secreto, que escoltaron la caravana de vehículos por la calle cortada al tráfico, reporta DPA.
Entretanto, si se alza como ganadora en las elecciones de hoy, la candidata demócrata tendrá esta noche una celebración «abierta a la gente», dentro y fuera del Javits Center, aunque sin fuegos artificiales por «motivos de presupuesto», dijeron fuentes de su equipo.
«Se esperan miles de personas tanto en el Javits como en la calle, se dispondrán pantallas gigantes y se han cortado tres bloques alrededor del lugar», explicó a EFE Paola Ramos, responsable de comunicación de la campaña de Clinton para medios latinos.
Clinton había previsto actuaciones musicales, DJ's y hasta fuegos artificiales sobre el Hudson, en la orilla occidental de Manhattan, pero hace cuarenta y ocho horas se decidió suspender ese plan por motivos presupuestarios.
«Hemos preferido dedicar los recursos a animar a la gente a votar», afirmó.
Aunque las principales cadenas de noticias en Estados Unidos ofrecen resultados parciales desde las 5:00 p.m. en varios estados del Este, los primeros resultados oficiales de quién será el próximo presidente de Estados Unidos se esperan cerca de la medianoche.
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