PARÍS.—El presidente de Francia, François Hollande, aseguró ayer que no habrá nuevas concentraciones de migrantes en la ciudad norteña de Calais, donde ya fueron demolidos todos los refugios improvisados que conformaban el campo de indocumentados.
El campamento «fue evacuado y será asegurado, nadie podrá volver a instalarse», afirmó el mandatario en entrevista con el diario regional La Voix du Nord.
Los últimos restos de la aglomeración fueron destruidos el lunes en la noche, como paso final luego de una amplia operación iniciada hace una semana que permitió evacuar a casi 6 000 foráneos hacia más de 400 centros de acogida distribuidos por todo el país, reportó PL.
De acuerdo con Hollande, «la operación fue conducida de manera humana y digna, y también de forma eficaz».
Solo se mantienen en pie la iglesia y la mezquita improvisadas por las personas, para que puedan ser visitadas por migrantes que están alojados en un centro de acogida de la zona.
El presidente también hizo referencia a la situación de los migrantes menores no acompañados, un grupo que asciende a más de 1 000.
Varios cientos de ellos tienen familiares en el Reino Unido y se está procesando —aunque muy lentamente— su traslado hacia la nación británica, mientras los restantes serán recibidos por los servicios de ayuda social a la infancia, que se encargarán de cuidarlos hasta la mayoría de edad.
Por otro lado, la situación en París continúa tensa en el campo de migrantes instalado en los alrededores de la estación del metro de Stalingrado, donde se concentran más de 2 000 foráneos.
Se trata mayormente de hombres jóvenes, aunque también hay mujeres y niños, procedentes de países como Sudán, Siria y Libia.















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