
Las probabilidades para Haití de dejar de ser el país más pobre del continente americano parecen ser muy remotas. Sin haberse recuperado totalmente del terremoto del 2010, un potente fenómeno natural golpea al país, que desde febrero se encuentra bajo un gobierno interino.
Matthew arrasó la pasada semana con la ya devastada nación caribeña: 473 muertos, 75 desaparecidos, 339 heridos y 175 000 desplazados, según un conteo de la Agencia de Protección Civil.
Asimismo, ya se reportan al menos 20 personas fallecidas tras el rebrote del cólera debido al mal manejo del agua potable y los desechos.
El coordinador humanitario de Naciones Unidas en Haití, Mourad Wahba, advirtió que el país « afronta su mayor desastre humanitario desde el terremoto del 2010», y varios países y organizaciones le han extendido su ayuda solidaria.
Entre ellos se encuentra Cuba, que envió 38 médicos de la brigada Henry Reeve, que se suman a los 600 colaboradores de la salud que se encontraban en Haití.
Unido a ello, la nación caribeña cuenta con un gobierno provisional desde hace casi ocho meses, y las elecciones presidenciales pactadas para el pasado domingo —en las que seis millones de ciudadanos fueron convocados a elegir al sucesor del expresidente Michel Martelly —, fueron nuevamente aplazadas.
El presidente del Consejo Electoral Provisional (CEP), Leopord Berlanger anunció la suspensión temporal de los sufragios, pero aún no se notifica la nueva fecha. Berlanger afirmó que por el momento «no podemos garantizar la distribución de los materiales (electorales) en el país», cuya parte sur se encuentra incomunicada tras la caída de un puente.
Casi un año ha transcurrido desde que se celebró en esa nación caribeña la primera vuelta de las presidenciales en las que se enfrentaron 54 candidatos de más de 100 partidos o plataformas políticas.
Tras la invalidación de los resultados de esas elecciones por supuestas irregularidades, el Consejo Electoral Provisional volvió a convocar a todos los aspirantes inscritos en el 2015.
Despúes de una serie de alianzas, el número de candidatos quedó en 27 y de ellos sobresalen cuatro que en el sufragio anterior quedaron en las primeras posiciones: Jovenel Moise, del Partido Haitiano Tet Kale (PHTK); Jude Celestin, de la Liga Alternativa por el Progreso y Emancipación Haitiana (Lapeh); Moise Jean Charles, de Plataforma Desalin; y Maryse Narcisse, del partido Familia Lavalas.
Los expertos consideran que entre esos nombres se encuentra el del próximo presidente de Haití, sin embargo, conocer a fondo las propuestas de cada candidato se hace difícil, pues los grandes medios no le dedican espacio al panorama electoral haitiano, sobretodo en el contexto del paso de Matthew por el país.
De lo poco que se conoce, Jovenel Moise, un empresario agrícola de 48 años afirmó que tiene grandes ideas para transformar al país utilizando los recursos a su alcance: «voy a aprender del pasado; vamos a fortalecer lo bueno y multiplicarlo».
Por su parte, el ingeniero mecánico Jude Celestin propone edificar una mejor nación para todos, basada en respeto de los derechos humanos: «queremos construir un país de justicia social y solidaridad», expresó al presentar su campaña en agosto pasado.
Para muchos, Moise Jean Charles, un exsenador de izquierda es el candidato del pueblo, y sus principales seguidores dicen que no confían en el sistema electoral, por ello es muy probable que no asistan a las urnas.
La candidata de Familia Lavalas —que si gana podría convertirse en la primera mujer presidenta de Haití—ha enfocado su discurso en la parte más modesta de la población. «Los pobres son marginados por la élite. Hoy ha llegado la hora del cambio. Lavalas va a retomar el poder y a cambiar las cosas», reza uno de los lemas de su campaña presidencial.
Tras la publicación de los resultados, que como ha pasado en ocasiones anteriores no tiene una fecha definida, si ninguno de los candidatos obtuvo el 50 % más un voto, los haitianos deberán volver a las urnas el próximo 8 de enero y escoger entre los dos más votados.
UNA NACIÓN DEVASTADA Y SIN PRESIDENTE
Tras cumplir el tiempo de su mandato, el entonces presidente Michel Martelly dejó su puesto en febrero de este año sin dejar ningún sucesor.
Un acuerdo de Martelly con representantes del Senado y la Cámara de Diputados, permitió que en ese mes pasara a ocupar el cargo de manera provisional Jocelerme Privert, presidente del Senado y con 35 años de experiencia como servidor público.
Privert ocuparía la presidencia provisional solo por 120 días y luego se convocarían a elecciones, pero casi ocho meses han transcurrido desde entonces.
En Haití, el 60 % de una población de diez millones de habitantes vive en la pobreza, solo el 25 % de los niños tiene acceso a la educación secundaria, y al menos 10 000 haitianos han muerto de cólera.
Mientras la naturaleza parece ensañarse contra esta pequeña nación caribeña, los haitianos deberán esperar aún más para elegir a su nuevo presidente.
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emilio dijo:
1
14 de octubre de 2016
10:35:38
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