Festejan aniversario 71 de la fundación del Partido del Trabajo

PYONGYANG.—En ocasión del ani­versario 71 de la fundación del Partido del Trabajo de Corea (PTC), oficiales y soldados del Ejército Popular de Co­rea, trabajadores de todos sectores, jó­venes y niños rindieron homenaje a los líderes de la República Po­pular Democrática de Corea (RPDC), Kim Il Sung y Kim Jong Il, ante sus estatuas de bronce, ubicadas en la colina Mansu, informó la agencia KCNA.

El presidente del PTC, Mariscal Kim Jong Un, envió un cesto de flores para homenajear a los guías de esa nación asiática y recordar el nacimiento de esa organización.

Primero fue Kim Il Sung, fundador del PTC, quien incorporó a los obreros, campesinos e intelectuales para hacer de este un partido de las masas populares. Además logró que todas las aspiraciones de la organización política se supeditaran a defender los intereses del pueblo coreano. Su causa fue heredada por Kim Jong Il, quien fortaleció al PTC para convertirlo en la fuerza promotora de la construcción de un Estado poderoso y próspero.

De la jornada de festejos también trascendió que directivos del Parti­do, el Estado y el ejército de la RPDC visitaron este lunes el Palacio del Sol Ku­msusan, donde revivieron mo­mentos de la historia del país y del PTC, agregó un reporte de KCNA.

Bajo la guía del Partido del Trabajo, la RPDC pudo superar una época donde reinaba el atraso y la pobreza, para convertirse en un país independiente, capaz de sostenerse y de progresar. Hoy en día, más de siete décadas después del nacimiento de esa agrupación política la nación transita firme hacia la construcción de una potencia socialista, aun en medio de condiciones adversas.

Durante más de 70 años, el Partido del Trabajo de Corea ha conducido los hilos de la RPDC, con la confianza y apoyo de sus ciudadanos. Preci­sa­mente el presidente Kim Jong Un, durante su discurso el año pasado en el desfile cívico-militar en Pyongyang por el aniversario de la fundación del PTC, calificó al partido y la fidelidad que le tiene el pueblo, como el patrimonio más valioso de la Revolución Coreana.