ANKARA.—Varios miles de personas, principalmente militares y funcionarios públicos, fueron arrestados este fin de semana en Turquía por su presunta vinculación con el intento de golpe de Estado del viernes último.
“Seguimos haciendo limpieza”, dijo el ministro de Justicia turco, Bekir Bozdag, tras fijar en 6 000 el número aproximado de detenciones en las últimas 48 horas vinculadas a las acciones de una facción del ejército contraria al presidente turco Recep Tayyip Erdogan.
La cifra de muertos durante los acontecimientos del viernes se elevó a 290, entre los que se cuentan 100 presuntos golpistas, informó el Ministerio de Relaciones Exteriores turco citado por DPA. La fuente añadió que más de 1 400 personas resultaron heridas.
Según la agencia estatal de noticias Anadolu, entre los arrestados hay al menos 70 generales de las Fuerzas Armadas, pero también se han emitido órdenes de captura contra casi tres mil jueces y fiscales en todo el país.
El gobierno acusa a los sospechosos de ser fieles a Fethullah Gulen, el imán y magnate que según Ankara es el estratega del fallido golpe.
Gulen es el líder de un movimiento de inspiración islamista llamado Hizmet, que dirige centros de pensamiento, negocios, escuelas y publicaciones en todo el mundo, lo que multiplica su influencia, de acuerdo con el diario The Guardian.
El imán y Erdogan fueron aliados hasta el año 2013 cuando comenzó a fracturarse la relación. Según reportes de prensa, fueron removidos de sus cargos en los últimos meses varios de los miembros de Hizmet que escalaron a importantes posiciones durante los primeros años del gobierno de Erdogan.
Desde el año 1997, Gulen está autoexiliado en Estados Unidos y ahora Ankara demanda su extradición a las autoridades norteamericanas.
En una entrevista transmitida por el canal CNN, el secretario de Estado, John Kerry, indicó que el gobierno estadounidense está esperando la petición formal de extradición del clérigo, quien vive en el estado de Pensilvania.
“Estamos listos para actuar en el caso que sean respetados los estándares” para este tipo de procedimientos legales, indicó.
Kerry calificó de “irresponsables” las acusaciones de que Estados Unidos tuvo alguna participación en el golpe de Estado fallido registrado el viernes en Turquía, tal como afirman algunos funcionarios turcos.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, prometió por su parte este domingo que la “purga” de las instituciones continuará.
El mandatario ofreció un discurso televisado en el funeral de su amigo y exconsejero para los medios, Erol Olcak, muerto durante un enfrentamiento con los golpistas en el puente del Bósforo.
Anunció asimismo que mantendrá conversaciones con los partidos de la oposición en el Parlamento sobre una posible reintroducción de la pena de muerte para los conspiradores.
“En una democracia no se pueden ignorar las peticiones del pueblo”, dijo previamente al referirse a los reclamos de sus seguidores para la reintroducción de la pena capital, que fue abolida en Turquía en el 2004 y no se implementaba desde 1984.
Erdogan pidió una vez más a los ciudadanos que se mantuvieran en las calles en respaldo a su gobierno, lo cual fue uno de los factores decisivos para evitar la asonada.
A pesar de que las autoridades turcas mantienen el control en todo el territorio nacional, aún hay focos de violencia.
AFP reporta que fuerzas de seguridad y soldados golpistas se enfrentaron este domingo en una base aérea en el centro del país. La agencia de prensa progubernamental Anadolu informó por su lado que la operación había finalizado y que siete militares fueron detenidos.
Los analistas coinciden en que Erdogan pudo contar con el apoyo de su estado mayor para conservar el control del país.
Las fuerzas armadas turcas han perpetrado tres golpes de Estado exitosos (1960, 1971 y 1980) y empujaron a dimitir, en 1997, al primer ministro islamista y mentor político de Erdogan, Necmettin Erbakan, según AFP.
Los militares históricamente han tenido un gran peso político en Turquía y sus intervenciones casi siempre se relacionan con preservar la estructura laica del Estado (su independencia de las confesiones religiosas), tal y como estaba en el ideario del fundador de la república en 1923, Mustafa Kemal.
Pero a diferencia de ocasiones anteriores, decenas de oficiales superiores —entre los cuales se cuentan varios generales—, aparecieron el viernes y sábado ante las cámaras de televisión para posicionarse contra el golpe.
Mantenido como rehén durante una veintena de horas, el actual jefe del Estado Mayor, el general Hulusi Akar, rechazó, a pesar de haber tenido una pistola apoyada en la sien, firmar la declaración con la cual los golpistas querían anunciar la toma del poder, anunció este domingo la cadena de información NTV.


                        
                        
                        
                    












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