ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Antiguamente importantes vías comerciales conectaban a las civilizaciones china y persa. Por aquellos largos caminos, recorridos hasta por Marco Polo, se negociaba con disímiles tipos de bienes. Muchos productos circulaban por estos trayectos, pero fue la más prestigiosa de las mercancías que por allí transitaban, la que finalmente puso nombre a la travesía: la Ruta de la Seda.

Desde el siglo II (a.n.e) se conoce del funcionamiento de esa red de comercio clave para conectar Asia y Europa. En junio del 2014 la Unesco eligió a este milenario tramo de más de 5 000 kilómetros como Patrimonio de la Humanidad por ser una vía de intercambio, no solo de mercancías, sino también de la cultura, conocimiento científico, arte y religión.

Sobre las huellas de aquellos comerciantes, el gobierno chino lanzó la propuesta de crear la Franja y la Ruta de la Seda del Siglo XXI, una iniciativa que prevé vincular, por mar y tierra, las estrategias de desarrollo de los países asiáticos, eu­ropeos y africanos.

Este nuevo proyecto, presentado por Xi Jinping a finales del 2013, se basa en la creación de un cinturón económico que pretende integrar la mayor parte de Asia, los países de Oriente Me­dio, el norte de África y Europa.

En un área de 4 400 millones de personas y un tercio de la riqueza mundial, China planea retomar las interacciones mi­lenarias con varios de sus socios más antiguos y elevar a un nivel potencial el desarrollo del comercio.

Una vasta red de ferrocarriles, puertos y carreteras servirán para articular un sistema global que facilite los intercambios económicos y las conexiones por las antiguas rutas comerciales de la seda. Hasta el momento, según datos de Beijing, 16 países del Viejo Continente acordaron adherirse al proyecto que de­be estar completado para el 2025.

Para su ejecución el ejecutivo del gigante asiático, en principio, dispuso un fondo de 40 000 millones de dólares y suscribió una decena de acuerdos de construcción y préstamos en Asia Central en torno a los 54 000 millones de dólares para la realización de las obras.

Según algunos expertos para el desarrollo total de este ambicioso proyecto se necesita una cantidad de dinero cercana al billón de dólares, por lo que el monto destinado hasta el momento es solo una parte del total que se utilizará para la construcción de esta megared de infraestructura, capaz de mover diariamente miles de millones de toneladas de productos entre varios continentes.

Pero además de infraestructura, la aspiración con la reactivación de la Ruta es impulsar otros cuatro tipos de flujo, más allá de los puramente comerciales. El proyecto anhela crear conexiones políticas, de capitales y de personas, sobre la base del beneficio y la cooperación de ganancia mutua.

Las negociaciones con los 28 países por los que transcurre la antigua vía de la seda se aceleran con tal de construir más de 5 000 kilómetros de ferrocarriles de alta velocidad por los que transiten trenes de mercancías y pasajeros. Las obras constructivas también incluyen conexiones de avión punto a punto, autovías, puertos secos, puertos marítimos.

UN PROYECTO: DOS RUTAS

Según los esbozos facilitados por el gobierno chino, el brazo terrestre de la Ruta de la Seda atravesaría el país de este a oeste. Pasando por Xinjiang, región estratégica al poseer fronteras con ocho países, llegaría a los países de Asia Central para continuar viaje hacia Europa.

Este bosquejo por tierra, de acuerdo con los analistas, constituye una alternativa más rápida para el transporte de productos que la actual vía marina. En esa red de trayectos está incluida la ruta ferroviaria Yiwu-Madrid, la más larga del planeta, que atrás dejó al célebre Transiberiano. Esta conexión es la tercera de su tipo entre el país asiático y Europa, pues las otras dos enlazan con Alemania.
Por su parte el brazo marítimo —de gran importancia para el país, dado que el 90 % de su comercio aún se desarrolla por esta vía— saldría del este de China para atravesar el estrecho de Malaca (localizado entre Indonesia, Malasia y Singapur) y, a través de Bangladesh, Sri Lanka y Pakistán, continuar a través del mar Rojo hacia el puerto del Pireo en Atenas, la puerta de entrada de la Ruta de la Seda a Europa.

El proyecto de la Franja y la Ruta de la Seda generará una cantidad de oportunidades sin precedentes, tanto para los países de la región como para el resto de los continentes que atraviesa.

China, que tiene el propósito de convertir esa idea en una realidad lo más pronto posible, convida a los demás implicados a elevar la cooperación para el beneficio de todos.

En este sentido las responsabilidades son mutuas. El impulso de la ruta permitirá a Beijing desarrollar sus provincias más pobres del centro y el oeste, que no fueron beneficiadas del boom económico de los últimos 20 años como las regiones orientales, pero también significa un punto de avance para el resto de las naciones euroasiáticas que verán cómo se incrementa exponencialmente su capacidad de negociar, así como de recibir y enviar inversiones.

 

Fuentes: Lia World factbook, xinhua, sitio el pueblo en línea, sitio oficial del gobierno de china

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MARIANA dijo:

1

24 de abril de 2016

11:00:45


la ruta de la seda unia decenas de pueblos y colectividades, hay una excelente miniserie documental que hizo China en un recorrido de 10 años llamada dla ruta de la seda, excelente solo en internet y en foros asiáticos, está hablado en español, tal vez se pueda encontrar en you tube.