Lo mismo en Nueva York que en Ginebra, los representantes norteamericanos se pasan la vida reclamando que los demás respeten los derechos humanos, aunque en su propio país se irrespeten hasta los cimientos esos mismos derechos en Estados Unidos.
Baste recordar el último reporte del New Bar Association, que agrupa a los litigantes del Estado, los cuales llamaron a terminar con el encarcelamiento masivo que tiene lugar en su país del Atlántico al Pacífico.

Un reporte del New York Bar demandó a las autoridades federales y estatales terminar con el llamado “encarcelamiento masivo“. El documento propuso una serie de medidas para solucionar este problema, incluyendo terminar o reducir las penas mínimas obligatorias, reducir sentencias en delitos no violentos y dictar penas alternativas a la de prisión. Recordemos que Estados Unidos concentra el 25 % de los presos del planeta. En una declaración emitida por los magistrados de Nueva York, la ciudad emblema norteamericana, se afirma para justificar: “Los jueces no creamos las leyes que llevaron al encarcelamiento masivo, pero hemos tenido que implementarlas y hemos visto, de primera mano, algunos de sus terribles resultados”, como dictar cadena perpetua por tres delitos leves consecutivos.
Esas palabras pertenecen al magistrado Jeff S. Rakoff, de la Corte Federal de Manhattan, al New York Times. Y añadió que … “Tenemos un rol que jugar en tratar de hacer consciente al público de los problemas del sistema judicial criminal en nuestro país”.
De acuerdo con la información, uno de cada 35 afroamericanos y uno de cada 88 hombres latinos están en prisión en Estados Unidos. Los afroamericanos tienen seis veces más posibilidades que un blanco de pasar por la cárcel.

Se trata, indudablemente de una de las formas del sistema político y social de Estados Unidos de practicar la discriminación racial bajo una forma jurídica que trata de justificar la injusticia y también de provocar las rebeliones de negros y blancos.
Golpes, esposas, cadenas, abusos, palizas a los reclusos bajo el escudo de un uniforme de carcelero que puede ser estatal o puede ser perfectamente privado. Se trata de una forma más de enriquecimiento de las grandes empresas que administran privadamente los penales en Estados Unidos. Es el capitalismo, el neoliberalismo, en las penitenciarías.
Entre esos presos no se encuentra ninguno de los policías que han asesinado a negros, incluso niños inválidos— de Ferguson a California—, que quedan en libertad casi inmediatamente después de cometido el delito.
Además, una forma de violar los derechos humanos de los encarcelados es aislarlos de la vida. Una familiar de un preso, Marie Levin señala en un video por televisión: "La última vez que pude tocar a mi hermano fue en 1992". Su hermano es uno de los 12 000 presos que hay en situación de aislamiento indefinido en California —solo en California—, lo que significa que está encerrado e incomunicado en una celda de máxima seguridad hasta con únicamente hora u hora y media al día para salir a un patio, también aislado.

Presos como él, que pueden llevar varias décadas en esa situación, son los que iniciaron en julio pasado la mayor huelga de hambre de la historia de Estados Unidos. Hasta 30 000 personas llegaron a secundarla, pidiendo la limitación del confinamiento en solitario a 5 años, ropa de más abrigo y mejor comida. Tras los intentos de las instituciones penitenciarias por atajarla (adujeron que está orquestada por las bandas), 200 presos la continúan.
Según datos del Centro Internacional de Estudios Penitenciarios de la Universidad de Essex (ICPS), en 2005, uno de cada 146californianos estaba en prisión. Una cifra a la que se llegó después de un aumentodel 500% en la población prisionera desde los años 80.
80 000 RECLUSOS ESTÁN AISLADOS EN CELDAS
Albert Woodfox, de 68 años, es el preso de Estados Unidos que más tiempo ha pasado encerrado en aislamiento, un total de 43 años en la prisión estatal de Luisiana, más conocida como Angola, por la cercanía del correccional adjunto a una antigua plantación de esclavos con personas de nación africana.

Según El País, de España. Estados Unidos encierra a más personas que ningún otro país del mundo. De acuerdo con cifras de 2010 citadas por el sitio Cubadebate, sus cárceles albergan a más de dos millones de reclusos y hay fuentes que elevan la cifra a más aún, y no contemos con que el 42 % de los condenados a muerte son negros.
Los internos en prisiones de EE.UU. no solo están privados de libertad, sino también se ven obligados a trabajar sin cobrar o por salarios extremadamente bajos. Además, de forma efectiva, los presos están siendo comprados y vendidos a las corporaciones privadas que los utilizan como mano de obra barata. También existe un mercado de presos más jóvenes y saludables, cuyo precio sanitario los hace menos costosos de mantener.
En Colorado, que dispone una cuota mínima de ocupación, su población carcelaria se ha “reducido” en un tercio y ha llevado al cierre de cinco reclusorios (ninguno estatal), y rellenado los cárceles privatizadas mediante el traslado de 3 330 presos, lo que se repite en otras zonas el país y revela los embrollos detrás del auge de la privatización de prisiones en EE UU.
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LUIS dijo:
1
11 de febrero de 2016
19:02:31
sonia Respondió:
14 de febrero de 2016
07:32:48
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