ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Manifestantes en La Plaza de la Cons­titución. Foto: Andes

Guatemala.— La Plaza de la Cons­titución, en la capital de Gua­te­mala, recupera su protagonismo en medio de la controversia por el proceso penal abierto contra 18 exjerarcas del Ejército en el contexto de la guerra interna (1966-1996).

Manifestantes de distintas organizaciones sociales, tendencias po­líticas, y hasta religiosas, regresan en masa al escenario fundamental de las protestas contra la corrupción y por la salida del expresidente Otto Pérez Molina durante el año 2015.
Si bien ese escenario nunca que­dó en silencio, por la acción de algunos grupos civiles empeñados en denunciar las irregularidades del Go­­bierno de Alejandro Maldonado e impulsar un cambio en el sistema político, este sábado ganó preponderancia el accionar coordinado de la ciudadanía en el terreno.

La captura y procesamiento ju­dicial de 18 exjerarcas del Ejército, por su implicación en 88 masacres co­metidas de 1981 a 1988 y acusados por ello de desaparición forzada de personas, así como de delitos contra los deberes de la humanidad, es aho­ra el factor esencial que mueve al debate público en la plaza.

Por un lado, amplias masas exigen Justicia Ya y el fin de la impunidad; por otro, familiares, exmilitares, y ciertos empresarios, insisten en detener el juicio contra quienes consideran héroes y hasta hablan de derogar los Acuerdos de Paz Firme y Duradera que finiquitaron el conflicto que asoló esta nación 36 años.

Mas un tercer grupo también to­mó la Plaza de la Constitución el 9 de enero, pero para clamar porque en Guatemala “seamos uno, dios transformará a la Nación” y con ello alentar la estabilidad y la paz en el país.

Esta jornada de oración fue similar a la realizada el 16 de mayo del 2015, después que el Ministerio Público y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala denunciaran la implicación de las autoridades del Gobierno en la es­tructura de defraudación aduanera La Línea.

En esta ocasión personas de distintas iglesias evangélicas rogaron pa­ra que dios ilumine el camino del presidente electo Jimmy Morales, quien tomará posesión el 14 de ene­ro, y adelantaron que continuarán esta y otras acciones y para que el salvador eterno guíe al nuevo go­bierno.

Para la mayoría de la población lo más urgente es preservar la paz alcanzada tras una guerra que, se­gún el informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (1999), convirtió a Guatemala en el país de América Latina con el mayor nú­mero de víctimas de desaparición forzada y otras formas de desaparición.

Esto constituyó una práctica sistemática durante el conflicto interno y redundó en la pérdida de 45 000 personas, sumadas a la muerte de otras 200 000, sobre todo campesinos, dirigentes sociales, estudiantes, catedráticos, dirigentes políticos, miem­bros de comunidades, re­li­giosos, niñas y niños, refiere el do­cumento.

Las secuelas de lo ocurrido en esos años, y el desconocimiento de la historia por parte de algunos, es lo que cobró vida este sábado en el parque central en medio de silbatos, tambores, pancartas, chiflidos, y hasta insultos de toda naturaleza entre uno y otro bando, mientras continúa en suspenso el futuro de una herida todavía por sanar.

“Esta polarización ha estado presente toda la vida, los buenos contra los malos, los ricos contra los po­bres, los ignorantes contra los me­nos ignorantes, los ateos contra los religiosos y los capitalistas contra los comunistas”, aseguró a Prensa La­tina en ese ámbito el ciudadano José Francisco Villagrán.

Para el especialista en producción animal, el irreflexivo discurso ese de “si no fuera por ellos... pretende invisibilizar a todas esas víctimas civiles no combatientes que fueron tocadas por el dedo de dios (Ejér­cito)”.

“Muchos perdieron la vida, otros propiedades, otros ambas y aquella impunidad acunó la corrupción y la impunidad con que se juega el juego político hoy”, opinó y aseguró que “al menos un par de esos generales en juicio han sido el poder tras el trono du­rante décadas y lo conveniente es que aceptemos la firma de la paz como un borrón y cuenta nueva. Esa paz ha sido una herida purulenta pues nunca se limpió para después cerrarla”.(PL)

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.