La policía turca detuvo hoy a cuatro presuntos contrabandistas de nacionalidad siria tras el naufragio que causó la muerte de una docena de migrantes con destino a Grecia, entre los que se encontraba Aylan Kurdi un niño de tres años, cuyas imágenes recorrieron todo el mundo, según ha informado la prensa local.
Estas cuatro personas, de edades comprendidas entre los 30 y los 41 años, fueron detenidas en la estación de la ciudad turca de Bodrum (al suroeste), desde donde habían partido los dos barcos que se dirigían a la isla griega de Kos, según ha precisado la agencia Dogan.
Los detenidos deberían presentarse ante un tribunal, antes de que finalice el día para dar inicio a una investigación bajo los cargos de homicidio y "tráfico de inmigrantes".
La ruta entre Bodrum y Kos es de seis kilómetros, pero las precarias condiciones que las mafias - a las que pueden pagar hasta 2.000 euros por persona - disponen para alcanzar tierra segura dificultan el viaje sobremanera. A pesar de ello, se estima que dos mil personas están zarpando diariamente desde Turquía a Grecia en busca de la vida próspera que la guerra les niega en casa.















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