ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
La nueva tragedia engrosa la ya alta cifra de personas fallecidas este año que intentan llegar a las costas europeas. Foto: BBC

GINEBRA. —Dos barcos naufragaron en el mar Mediterráneo con unos 500 migrantes a bordo, tragedia en la que murieron unas cien personas mientras 200 siguen desaparecidas, informó este viernes el Alto Comisionado de Na­ciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

De acuerdo con el organismo, las embarcaciones zozobraron el jueves en el norte de Libia y la guardia costera de esa nación se mantiene trabajando para rescatar sobrevivientes y recuperar cadáveres, se­ñaló Prensa Latina.

Hasta el momento, unos 100 cuer­pos fueron sacados del agua, aunque se teme que la cifra de muertos sea mayor, pues son alrededor de 200 los desaparecidos, informó la portavoz Melissa Fleming.

Según la BBC, las víctimas in­cluirían migrantes de Siria, Ban­gla­desh y varios países del África sub-sahariana, pero esa información no ha podido ser verificada de forma independiente.

La nueva tragedia engrosa la ya alta cifra de personas fallecidas este año en el mar Mediterráneo mientras intentaban llegar a Europa, fijada por Acnur en más de 2 500.

Lo sucedido en los últimos me­ses se considera la peor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mun­­­­­dial, y hasta ahora la Unión Europea no ha conseguido articular una respuesta coordinada ante el fenómeno pues muchas naciones se niegan a abrir puertas a los foráneos.

En rueda de prensa, la canciller de Alemania, Ángela Merkel, indicó ayer que los jefes de Estado y Gobierno del bloque están dispuestos a celebrar una nueva cumbre de emergencia sobre el tema.

Como parte de este fenómeno, se encuentra la nueva situación mi­gratoria desatada en Hungría, por don­de pasan los migrantes que atra­­­­viesan la ruta de los Balcanes y, aunque algunos se quedan en esa na­ción, la mayoría sigue camino hacia países de Europa occidental.

A propósito, Budapest está construyendo una valla en los 135 kilómetros de frontera con Serbia, para impedir el paso de los foráneos.

El primer ministro, Viktor Or­ban, justificó la iniciativa al afirmar que los migrantes son una amenaza para la seguridad, la prosperidad y la identidad europeas, una postura criticada por defensores de los derechos humanos.

Sin embargo, la Organización In­ternacional para las Migraciones (OIM) estimó que este muro no detendrá el flujo de indocumentados y sí beneficiará a las mafias de tráfico de personas.

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