TEL AVIV.—El Ministerio de Defensa israelí reinició la construcción del muro de separación en el valle palestino de Cremisán, cerca de Belén, pese al rechazo del Tribunal Supremo, informaron fuentes locales.
Según medios de prensa, el órgano judicial solicitó que se reconsiderara la reanudación de ese objeto de obra que arremete contra la integridad territorial palestina, reportó PL.
Hace dos días la maquinaria pesada llegó al valle de Cremisán, ubicado entre la localidad palestina de Beit Yala y la colonia israelí de Guilo. Los operadores arrancaron olivos para preparar el terreno a fin de construir la barrera, declaró a la prensa Ibrahim Somalí, párroco de la Iglesia de la Anunciación.
“Israel sacó ayer sus excavadoras y el Ejército empezó a arrancar olivos milenarios para construir el muro. Es una tragedia para la naturaleza, una tragedia para la comunidad cristiana y una tragedia para el pueblo palestino del área de Belén”, precisó el religioso.
Según los informes locales, los árboles pertenecían a seis familias palestinas. Uno de los propietarios fue agredido y herido cuando trataba de evitar que los soldados israelíes arrasaran los árboles, informó la agencia EFE.

Los residentes denuncian que se arrancaron olivos de más de 1 500 años de antigüedad y aseguran que el muro aislará 3 500 kilómetros cuadrados de sus tierras.
El Ejército planea arrancar miles de árboles para levantar la valla y, como acostumbra no entregó a los propietarios ningún mapa con el trazado del valladar, para que los palestinos afectados “no puedan recurrir de nuevo a los tribunales”, añadió Somalí.
Pese a que la comunidad internacional, entre ellas la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha condenado en reiteradas veces la construcción del muro en los territorios palestinos (que se inició en el 2002), el régimen israelí continúa su violación a las leyes y las resoluciones internacionales.
La Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya, también reconoció en el 2004 la ilegalidad de este muro.
La posible construcción del muro no solo partirá las tierras sino que afectará a la rutina diaria de cientos de niños que acuden a una escuela y al trabajo del monasterio, al ver complicados sus accesos, denuncian los afectados.
Gilo es un barrio del sur de Jerusalén y se localiza más allá de la Línea Verde del armisticio de 1949, en un área internacionalmente considerada zona ocupada en las cercanías de la ciudad de Cisjordania.
Los vecinos de Beit Yala, incluido el Monasterio católico de Cremisán y su convento, llevan cerca de una década de lucha legal contra la construcción del muro.
En abril la Corte Suprema israelí aceptó una petición contra la construcción e instó a las autoridades a “considerar otras alternativas” para la barrera de separación, cuyos trabajos se mantuvieron detenidos por órdenes judiciales que, sin embargo, la Corte rechazó renovar el mes pasado.















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Francisco dijo:
1
19 de agosto de 2015
13:36:37
francisco dijo:
2
19 de agosto de 2015
15:08:01
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