MÉXICO.—El fotoperiodista mexicano Rubén Espinosa, hallado muerto en un apartamento en la Ciudad de México el viernes pasado, sufrió lesiones en el rostro antes de su asesinato, mientras que las cuatro mujeres encontradas junto a su cuerpo también fueron torturadas y violadas antes de perder la vida.
El periodista, que trabajó para la empresa Cuartoscuro y la revista mexicana Proceso, se encontraba en la capital del país en un exilio voluntario después de irse de Veracruz, donde se sentía amenazado, precisaTelesur.
El grupo Artículo 19, una organización que defiende la libertad de prensa, señaló que el 15 de junio había emitido una alerta sobre Espinosa después de que este denunciara que desconocidos lo seguían, le tomaban fotos y lo hostilizaban afuera de su casa. Al mismo tiempo, Espinosa ya había dicho en numerosas ocasiones que había recibido presiones durante años mientras realizaba coberturas en Veracruz, donde se le habían borrado tarjetas de la memoria de su cámara y se le había pedido que dejara de tomar fotos de situaciones como la detención de estudiantes durante una manifestación en el 2012.
En distintas ciudades de México hubo protestas y reclamos de organizaciones defensoras de derechos humanos y de la libertad de expresión, como el caso de la ciudad de Xalapa, donde se reunieron un centenar de personas, en su mayoría comunicadores, para condenar el asesinato.
Rubén Espinosa denunció al gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa por presuntamente haber convertido a esa ciudad en un “camposanto”, luego de que en este 2015 fueran asesinados 12 periodistas y desaparecieran tres reporteros.
El homicidio de Rubén Espinosa marca un nuevo hito en la violencia contra la prensa en México. Es la primera vez que un periodista desplazado internamente es asesinado en el Distrito Federal.
Su entorno le recuerda como un chico tranquilo, enamorado de la fotografía y con una fuerte conciencia social. Trabajaba como freelance para dos agencias y el semanario Proceso. Pero desde su regreso al DF, sus ingresos habían adelgazado.
Como fotoperiodista freelance Espinosa estaba especializado en la cobertura de movimientos sociales y protestas estudiantiles. Veracruz se convirtió en el 2012 en uno de los focos más activos del movimiento universitario #YoSoy132. La figura del gobernador Duarte encarnó sus reclamaciones de más calidad democrática ante las elecciones federales de aquel año, que coincidieron además con el asesinato de la veterana periodista Regina Martínez, que investigaba las supuestas conexiones entre las mafias del narcotráfico y el poder político local.
“Rubén no cubría temas de seguridad o de crimen organizado, más allá de alguna nota de actualidad. Pero sí trabajaba en las protestas sociales. Además, desde los primeros asesinatos a compañeros participó activamente en las movilizaciones de periodistas para exigir justicia. Se había convertido en un fotógrafo incómodo para el gobierno. En los últimos tiempos no le dejaban entrar siquiera a los eventos institucionales”, explica Pedro Valtierra, director de la agencia mexicana de fotoperiodismo Cuartoscuro, una de las empresas con las que colaboraba Espinosa.
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