Indignación por ataque con fuego en aldea que dejó a un pequeño muerto

RAMALLAH.—Pobladores de un asentamiento paramilitar israelí en Cisjordania provocaron incendios en la aldea palestina de Duma y causaron la muerte de un niño de dos años, acusaron la víspera fuentes oficiales palestinas.

Responsabilizamos al Gobierno israelí del bru­tal asesinato del menor Alí Saad Dawabsha, consecuencia de décadas de impunidad de los pobladores de los asentamientos, declaró Saeb Erekat, portavoz de la Organización para la Li­beración de Palestina (OLP), informó PL.

Residentes en un asentamiento israelí en Na­blus rompieron las ventanas de varias casas, ro­ciaron líquidos inflamables y provocaron incendios con bombas de fabricación casera; el me­nor murió asfixiado y a causa de las graves quemaduras que sufrió.

Resulta imposible deslindar el bárbaro ataque en Duma de las recientes aprobaciones de más asentamientos por el Gobierno israelí, cuyo gabinete representa a la coalición nacional para los asentamientos y el apartheid, añadió.

El enviado especial de la ONU para el Medio Oriente, Nickolay Mladenov, condenó de manera enérgica el hecho. Estoy indignado por este ataque con fuego en la aldea de Duma, cerca de la ciudad de Nablus, el cual dejó a un pequeño muerto, y heridos a su hermano de cuatro años y padres, señaló.

Mladenov demandó una rápida y total investigación, en aras de llevar ante la justicia a los responsables y declaró que se trata de un acto que responde a objetivos políticos.

“No podemos aceptar que este tipo de acciones permitan al odio y la violencia causar más tragedias personales y sepultar el proceso de paz”, advirtió.
Según medios de prensa, cerca de la vivienda destruida por las llamas con sus moradores en el interior fue encontrado un grafiti con la palabra venganza y la Estrella de David, el más conocido símbolo del judaísmo.

Desde diversas partes del mundo surgieron  vo­ces de rechazo al ataque en la ocupada Cisjordania, así como en reclamo de la so­lución de los dos Estados, uno palestino y otro israelí conviviendo en paz bajo fronteras establecidas.

El Gobierno palestino anunció ayer que solicitará a la Corte Penal Internacional (CPI) que investigue los incendios.

Las comunidades establecidas por Israel en Cisjordania y Jerusalén son consideradas un crimen de guerra por la IV Convención de Gi­nebra, que prohíbe modificaciones demográficas y físicas de países ocupados.

Desde el 2004 se han registrado 11 000 ataques de pobladores israelíes contra casas, ve-hículos, iglesias, mezquitas, plantaciones y otros bienes de palestinos.