ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El primer Foro de Sao Paulo surgido en 1990 planteó el objetivo de reagrupar a las fuerzas de izquierda y progresistas de la región. Foto: Archivo

América Latina y el Caribe sufrió cambios radicales durante el último cuarto de siglo y transita hoy por una nueva etapa de su historia, centrada en la búsqueda de la integración y un desarrollo con equidad.

Uno de los testigos y también protagonista de esas transformaciones es el Foro de Sao Paulo, un mecanismo surgido en julio de 1990 con el objetivo de reagrupar a las fuerzas de izquierda y progresistas  de la región en la turbulenta etapa de la caída del campo socialista y el auge del pensamiento neoliberal.

La idea de reunir a tal mosaico de fuerzas y movimientos  políticos de América Latina y el Caribe surgió de una reunión entre Luiz Inácio Lula da Silva, dirigente del PT y futuro presidente brasileño, y el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro.

Aunque muchos auguraban la pronta defunción del naciente mecanismo, durante un cuarto de siglo el Foro ha desarrollado una veintena de exitosos encuentros y sus filas se engrosaron hasta alcanzar casi un centenar de organizaciones.

México acogerá del 29 de julio al 1ro. de agosto una nueva cita del Foro en un contexto mundial y regional que reafirma la necesidad de la unidad para quienes apuestan por un tipo de sociedad distinta a la dibujada por la mano ciega del mercado.

Los últimos acontecimientos geo­políticos —desde las guerras fracasadas en Oriente Medio y la mal llamada Primavera Árabe, hasta la crisis política y económica en Europa— evidencian la inviabilidad del modelo hegemónico que intentó implantar  Estados Unidos tras la desintegración de la Unión Soviética.

Asimismo, la actuación de algunas potencias occidentales en la crisis ucraniana, así como las presiones a las que se somete a naciones como Grecia ante su decisión de no apostar por la vía de la austeridad, constituyen muestras de hasta dónde están dispuestas a llegar las fuerzas conservadoras para mantener el status quo y evitar la consolidación de un mundo multipolar.

Hoy América Latina continúa si­en­­do un referente de políticas alternativas al neoliberalismo, con una gran diversidad de modelos económicos y proyectos autónomos de integración regional como la Celac, El Alba y Unasur.

Sin embargo, persiste el esfuerzo de las élites por revertir los procesos revolucionarios y progresistas en ma­r­­­cha y  preservar así sus  intereses económicos, políticos y militares en la región.

La continua arremetida contra Venezuela, los intentos de desestabilización de países como Brasil y Argentina y el ensayo de conocidos métodos no convencionales contra los gobiernos de Rafael Correa en Ecuador y Evo Morales en Bolivia, son parte de esa contraofensiva de las oligarquías locales con el apoyo de Estados Unidos.

La derecha, sustentada en su dominio sobre los medios de comunicación, pretende utilizar el contraciclo económico que vive América Latina y el Caribe, con caídas de los precios de las materias primas en el mercado mundial, para incentivar el malestar popular y regresar a las posiciones de poder que detentó hasta finales de los 90, cuando la victoria de Hugo Chávez en Venezuela marcó un antes y un después para la región.

Los documentos bases de esta nueva cita del Foro de Sao Paulo re­cogen ese panorama y durante los próximos días se debatirán estrategias para hacer frente a los nuevos retos, especialmente de cara a las elecciones generales en Argentina, Gua­temala y Haití, así como las parlamentarias en Venezuela.
Para hacer frente a la contraofensiva derechista, el documento base de esta cita del Foro asegura que “es necesario profundizar los cambios económicos, sociales y políticos ya alcanzados y seguir con la integración regional”.

Asimismo, llama a “continuar el debate sobre el papel de los medios de comunicación, que en su mayoría están en manos privadas, conservadoras y de derecha, y de los movimientos sociales, con los cuales tenemos que profundizar las relaciones y conseguir el apoyo y la presión po­pu­lar necesarios para avanzar con nuestras políticas”.

A diferencia de las últimas citas, que han sido organizadas por partidos del Foro que han llegado al poder por vía de las urnas, en esta ocasión los partidos anfitriones forman parte de la oposición: el Partido de la Re­volución Democrática y el Partido del Trabajo de México.
Durante 25 años, una de las claves del éxito del Foro de Sao Paulo ha sido el diálogo y el respeto a las posiciones de cada movimiento. Esa es la única vía posible para construir la unidad en la diversidad que le permita a América Latina y el Ca­ribe insertarse con éxito en ese mun­do multipolar del siglo XXI que está en ascenso.

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