Este edificio funcionó como uno de los cuarteles generales de Estados Unidos en la época de Charles Magoon, gobernador de Cuba durante la segunda intervención militar norteamericana entre 1906 y 1909. Foto: Archivo
Instantes en que es izada la bandera de Estados Unidos en la misión de La Habana en presencia Philip W. Bonsal, último embajador en la Isla. Foto: Archivo
Durante la seudorepública, el embajador de Estados Unidos era una figura tan importante como el propio presidente del país y a veces más. Lo que sucedía en el interior de edificios como este, parte de los servicios diplomáticos norteamericanos en la década del 30, influía en todo el país. Foto: Archivo
La embajada de Cuba en Washington inauguró la ahora céntrica Calle 16, llamada a mediados del siglo pasado la “Calle de las Embajadas”, del barrio Meridian Hill. En su edificación, a cargo de una compañía estadounidense, fue protagonista Carlos Manuel de Céspedes Quesada, hijo del Padre de la Patria. Foto: Archivo
Su estilo arquitectónico es clásico y un ejemplo del City BeautifulMovement en Washington. En su construcción su utilizó piedra caliza de Indiana en el exterior y mármol blanco en el interior. Foto: BIBLIOTECA DEL CONGRESO
La última embajada estadounidense en La Habana, era la más grande de las misiones diplomáticas edificadas en el país, una muestra de su influencia en la política de entonces. Foto: Archivo
Durante las últimas décadas del siglo pasado y la primera del presente, la SINA sirvió como un cuartel de la subversión contra nuestro país y fue centro de no pocos conflictos con las autoridades y el pueblo cubanos. Foto: Archivo
Justo al frente de la sede diplomática norteamericana, un vendedor de periódicos anuncia la edición de Revolución del 4 de enero de 1961, que recoge la ruptura de relaciones diplomáticas entre las dos naciones. Foto: ALBERTO KORDA
Funcionarios estadounidense abandonan la embajada tras la ruptura de relaciones. Foto: Archivo
El embajador suizo en Cuba Etienne Serra (izq.) recibe en el aeropuerto Internacional José Martí, La Habana, al señor LyliLane, primer Jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos (SINA) en Cuba. Foto: AP
Wayne Smith (con barba), otro de los primeros jefes de la Sección de Intereses de la Habana en (Washington) se convirtió en un apasionado defensor de un acercamiento entre los dos países. Foto: Archivo
La Sección de Intereses de La Habana en Washington también se convierte desde el primer segundo de este 20 de julio en una Embajada plena, aunque la fecha de su ceremonia oficial de inauguración está por precisar. Foto: Yander Zamora
La sede diplomática de Cuba en Washington ha sido sometida a una restauración capital, en la que participó una brigada de trabajadores cubanos por cuenta propia. Foto: Ismael Francisco
WASHINGTON.-Cuba y Estados Unidos, dos países separados apenas por 90 millas de mar, acumulan una convulsa relación bilateral, incluso si solo se cuenta a partir de la intervención norteamericana en la Guerra de Independencia contra España a finales del siglo XIX.
A partir de este 20 de julio, los dos países avanzan en una nueva etapa hacia las normalizaciones de sus vínculos, tratando de superar la historia de agresiones directas y bloqueo económico.
No existe un referente de lo que serían unos vínculos normales con Estados Unidos, lo que hace aún más difícil el reto para ambos países, pero los últimos meses han demostrado hasta dónde se puede llegar mediante un diálogo respetuoso y en condiciones de igualdad.
Granma les propone un breve recorrido por momentos y lugares que marcan el último siglo de las complicadas relaciones entre dos vecinos con realidades geográficas, económicas, políticas y sociales muy disímiles.
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