ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Más de 35 millones de españoles convocados a las urnas eligieron a las autoridades de 8 122 municipios. Foto: Notimex

Las elecciones municipales y autonómicas llevadas a cabo en Es­pa­ña el 24 de mayo pasado marcaron un punto de inflexión en el antiguo mapa político bipartidista, al que se su­man ahora nuevas fuerzas políticas que po­drían impactar también a nivel nacional.

Más de 35 millones de españoles convocados a las urnas eligieron a las autoridades de 8 122 municipios y paralelamente, los parlamentos re­gionales en 13 de las 17 comunidades au­tó­no­­mas (salvo Andalucía, País Vasco, Ga­licia y Cataluña).

Antes de los comicios, las en­cuestas vaticinaban que los dos prin­­­­­­cipales partidos del país —el go­bernante Partido Popular (PP) y el Par­­tido Socialista Obrero Español, (PSOE) — po­­drían ser duramente castigados por los vo­tan­­tes.

La crisis económica y sus daños, así como varios escándalos de corrup­­ción, golpearon duramente la imagen de los partidos tradicionales. A esto se le suma la pujanza de nuevas organizaciones en el terreno político como Podemos y Ciu­da­da­nos.

En este contexto, se anunciaba una repartición de votos muy disper­sa entre el PP, el PSOE y los emergentes Po­de­mos y Ciu­da­da­nos, pero sin mayoría absoluta para ninguno.

Los resultados coincidieron con los pronósticos. En la votación para los parlamentos de las co­mu­nida­des autónomas, el PP perdió la ma­yo­­ría en las 11 regiones que dominaba, incluidos sus puntos fuertes como Castilla-La Man­cha­ y la Co­munidad de Madrid.

Aunque en términos municipales, el PP fue el partido con mayor cantidad de votos al obtener 26,7 % de la votación, lo hizo con 11 puntos por debajo de lo logrado hace cuatro años.

A continuación se encuentran el PSOE, con 25 % y Ciu­da­danos con 6,55 %.

Otro vaticinio cumplido fue el protagonismo de Podemos y Ciu­dadanos, formaciones que en apenas unos meses han desatado una ava­lancha de apoyos y han sabido ca­pi­ta­­l­izar el de­sen­canto con el sistema político tra­di­ci­onal.

Ambos obtuvieron relevantes re­sultados en Madrid y Barcelona, las dos primeras ciudades españolas, aunque no lograron la ma­yo­ría ab­soluta.

En Madrid el PP gobernaba con mayoría absoluta y ahora sufrió una fuerte pérdida, al­canzando solo 33,97 % de los votos y 21 con­ce­jales. Prácticamente hubo un empate con la can­di­datura ciudadana Ahora Ma­­­drid —en la cual participa Po­de­mos—, que obtuvo 20 es­caños y 32,14 % de la votación.

Le siguieron, el PSOE con 15,63 % y nueve concejales y Ciudadanos con 11,30 % y siete concejales.

Mientras, en la segunda ciudad de España, la plataforma de partidos y organizaciones de izquierda, Bar­celona en Comú— también con la presencia de Podemos —ganó la ma­yor cantidad de votos con 25,20 % de los vo­tos y 11 concejales. Incluso, se conoce que la nueva alcaldesa será la activista contra los desahucios Ada Colau.

El segundo lugar lo ocupó el partido independentista catalán Con­vergencia i Unió que alcanzó un 22,70 % y diez concejales.

Por otra parte, Izquierda Unida mantuvo el número de concejales gracias a la concurrencia con otras formaciones.

El diario español El Mundo,      destacó que más allá del nuevo panorama político que de­jan las elecciones en comunidades y ayun­ta­­­mientos, a partir de futuros pactos, los co­mi­­cios suponen un desgaste para los dos principales partidos en las municipales: el PP perdió más de 2 600 000­ votos y el PSOE, 850 000.

ESPAÑA HABLA DE PODEMOS Y CIUDADANOS
Para el periodista y exjefe de prensa del PSOE, Juan Antonio Blay “quienes ganan, lisa y llanamente, son Podemos, junto a las alian­zas ciudadanas creadas para las elecciones mu­nicipales, y Ciudadanos, porque irrum­pen en escena con una llamativa presencia desde la nada y, sobre todo, porque sus de­­cisiones van a ser determinantes para conformar ma­yo­rías de gobierno”.

Podemos surge a raíz del movimiento de los indignados (Movimiento 15-M), que llegaron a las plazas de España en mayo del 2011 para pedir  cambios políticos a nivel de país.

Su manifiesto Mover ficha: convertir la indignación en cambio político se opone a las propuestas de la Unión Europea y a los recortes so­ciales provocados por la crisis económica.

Aunque muchos analistas intentan colocar a Podemos en una corriente política, su líder Pablo Iglesias rechaza una clasificación de izquierda o derecha. Para él, es una cues­­­­tión de  “democracia-dictadural”.

Dentro de sus propuestas se distinguen la defensa de la igualdad de oportunidades, re­formas legislativas que permitan un cambio en el funcionamiento del poder político y el reparto de la riqueza como forma de en­fren­tarse a las problemáticas so­ciales (producto de la crisis económica).

De otro lado, se encuentra Ciu­dadanos, creado en el 2006 a partir de la  plataforma Ciudadanos de Ca­talunya. Pero que había es­tado en un stand by hasta hace poco.

Como parte de su proyecto  de­fiende la con­vivencia interterritorial y la equidad de derechos y deberes en­tre todas las regiones es­pa­ñolas, y, sobre todo, entre todos los españoles.

También aprueba el actual Es­ta­do de las Autonomías como modelo territorial y plantea una lucha contra el paro y la precariedad.

A partir de posiciones de centroderecha, según analistas, Ciu­da­da­nos se convirtió en el tercer partido en los municipios con más de un millón de votos para sus 1 000 candidaturas presentadas del total de 8 122 ayuntamientos.

Aunque desde distintas ideologías, Po­de­mos y Ciudadanos contribuyeron a marcar en estos sufragios locales lo que para muchos es el inicio del fin del bipartidismo.

El secretario general de Po­de­mos estimó que los comicios constituirán el inicio del cam­bio político en los ayuntamientos y co­mu­ni­dades au­tónomas, pero también en Es­pa­ña.

Del otro lado, el presidente de Ciu­da­da­nos, Albert Rivera, pidió durante la votación un cambio de la política tradicional dominada desde la década de 1980 por PP y el PSOE.

Luego de las elecciones, mu­chos expertos políticos consideran que el bipartidismo es­pañol —la al­­ter­nancia del poder político en­tre el  PP y el PSOE—  llegó a su fin. Una si­tua­ción que provoca cambios transcen­­­­­­dentales en el mapa político español.

Por el momento, ambos partidos tradicionales —a diferencia de lo que ocurría normalmente— de­berán ne­gociar con estos nuevos actores pa­ra formar gobiernos en municipios y comunidades autónomas e incluso en algunos ca­sos pueden quedar fuera.

 Añádase que estos comicios son considerados como un barómetro fren­te a las elecciones previstas an­tes de finales de este año.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.

Manuel Parrondo dijo:

1

30 de mayo de 2015

03:22:41


Los resultados de las elecciones del 24M muestra n q solo en los lugares q se llego a una convergencia en condiciones se arraso (Barcelona, Galicia etc.). Si en Madrid se hubiera conseguido la convergencia como en Barcelona hubiese arrasado en las elecciones, quedo segunda fuerza. Solo el 56% de los votantes de Ahora Madrid han votado a Podemos en las autonomicas. solo la unidad de todas las fuerzas q quieran un cambio real de la politica en España estaran en condiciones de ganar en las próximas elecciones generales.

Rafael Nuñez dijo:

2

31 de mayo de 2015

08:18:49


Estas elecciones en España ademas de una novedad de triunfo para las nuevas fuerzas partidista es la demostracion que el pluripartidismo y la libertad de asociacion politica es una via muy viable para el perfeccionamiento de la democracia y la convivencia pacifica que pueden emanar de las crisis polticas y economicas donde los unicos perjudicados son los pueblos. Darles mas opciones politicas y mas visiones de pais a los ciudadanos a traves de nuevas gamas ideologicas y politicas es para mi una fiesta democratica donde me viene a la mente una cancion protesta de la nueva trova cubana "La Era Esta Pariendo Un Corazon"